EL PAVO EXPLOTA EN LA CARA DE BUENAFUENTE

¡Saludos a todos desde una calurosa, hospitalaria y eurovisiva Belgrado! “Eurovisión debe reinventarse”. Así justificaba Andreu Buenafuente el personaje que se ha inventado para representar a España en el Festival de Eurovisión. Además, durante meses se ha pavoneado (y nunca mejor dicha la palabra) de por qué no llevar al esperpento Rodolfo Chikilicuatre a Belgrado […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EL PAVO EXPLOTA EN LA CARA DE BUENAFUENTE

¡Saludos a todos desde una calurosa, hospitalaria y eurovisiva Belgrado!

“Eurovisión debe reinventarse”. Así justificaba Andreu Buenafuente el personaje que se ha inventado para representar a España en el Festival de Eurovisión. Además, durante meses se ha pavoneado (y nunca mejor dicha la palabra) de por qué no llevar al esperpento Rodolfo Chikilicuatre a Belgrado si Irlanda, que ha ganado siete veces Eurovisión, lleva a un pavo. Incluso invitó al muñeco de gomaespuma como estrella eurovisiva al programa que hace El Terrat –ex compañía del señor Pons, actual director de TVE- en La Sexta, la cadena privada del payaso Emilio Aragón, para hacer hermanarse con Chikilicuatre.

¡Pues toma primer bofetón! ¡A Buenafuente anoche le explotó el pavo en la cara! ¿Cómo justificará el entretenedor nocturno que el pavo, al que tanta publicidad se le ha dado en España, no será uno de los 25 países que pisen el sábado el escenario del Belgrado Arena? Los españoles buscarán un pavo y una gallina que jamás aparecerán. Supongo que Buenafuente se saldrá por la tangente, como lo lleva haciendo Chikilicuatre desde que pisó la capital serbia, y dirá que Rodolfo ya tiene un rival menos para alzarse con el triunfo o que Europa no tiene humor.

Pues no, señor Buenafuente. Europa lo que tiene es oído y buen criterio musical. Y por eso votó ayer, en la primera semifinal de un festival de CANCIONES, precisamente eso, canciones con calidad musical y de diferentes estilos –desde la ópera rock de Azerbaiyán, pasando por la balada clásica de Rumanía o el heavy metal de Finlandia–, y no se dejó cegar por desvarios varios como los planteados por Irlanda o Estonia. Los 10 países que pasaron a la final lo hicieron por méritos propios y por presentar propuestas MUSICALES (que no sketchs ni politonos) serias, trabajadas y de calidad.

¿Qué pensaría la delegación española ayer, encerrada en el Hotel Continental de la capital serbia, al ver que las canciones más frikis no contaron, como es lógico, con el apoyo de la audiencia y se quedaban apeadas de la final?

Aunque nunca se sabe qué pasará el próximo sábado con Rodolfo Chikilicuatre, parece que las expectativas, a tenor del resultado de la primera semifinal, no son nada halagüeñas. Las canciones que anteceden y preceden a Rodolfo le van a dejar más que en evidencia. Una Kalomira espléndida y volcada en el escenario, favorita de la primera semifinal, cantará justo antes del cómico, al que seguirá el país anfitrión, Serbia, con una potente balada de corte balcánico de Jelena Tomasevic. A Serbia, le seguirán, nada más y nada menos, que el favorito para ganar Eurovisión, el ruso Dima Bilan, y acabará la final la estupenda balada noruega de Maria Haukaas.

Europa parece estar cansada de frikis. Y ante todo, la audiencia eurovisiva es rigurosa y lógica, premia la calidad musical y la buena interpretación antes que la tontería. Eso sí, TVE ya se encarga de manipular anunciando a bombo y platillo que Rodolfo es favorito y una gran estrella en Belgrado, cuando ni por asomo se escucha el Chiki Chiki por aquí ni un 5% de lo que se escuchaba el año pasado el Lasha Tumbai de Verka Scherduska, otra canción tachada de friki en España.

Señores de TVE, dejen de mentir y manipular durante esta semana eurovisiva que la audiencia merece un respeto y no todo vale por ganar dinero y audiencia. Ética, la justa, ¿verdad? Ah, claro, luego es fácil decir que Eurovisión es un festival politizado donde solo se votan los países del Este. Y por favor, señor Uribarri, el solitario Uribarri en Belgrado, deje de decir tonterías y no contribuya a todo este circo orquestado por el nuevo trío “la, la, la” que forman Pons-Buenafuente-Aragón.

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