DESARMARIZAR A TVE: EL TRIUNFO DE OT

En no pocos despachos de TVE se levantarían los martes con el deseo de que Operación Triunfo se pegara un tortazo y bajar la persiana mientras veían como la caspa se escapaba por la ventana. La imagen no es irreal, de hecho hay constancia del malestar que en determinadas figuras políticas de la cadena pública que […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

DESARMARIZAR A TVE: EL TRIUNFO DE OT

En no pocos despachos de TVE se levantarían los martes con el deseo de que Operación Triunfo se pegara un tortazo y bajar la persiana mientras veían como la caspa se escapaba por la ventana. La imagen no es irreal, de hecho hay constancia del malestar que en determinadas figuras políticas de la cadena pública que costeamos todos empezaba a causar el derroche y esfuerzo en visibilizar la España real, diversa y plural. Porque la academia musical, en lugar de buscar carnaza para atraer espectadores, se empeñó en mostrar la conducta normalizada de una juventud que se había marchado pies en polvorosa de una televisión donde solo lo tradicional podía imperar. Abrir las galas al ritmo de A quien le importa La revolución sexual, con un reparto de temas que incluía canciones como Manos vacías, se vislumbraba imposible en aquella generación de triunfitos donde se bailaba y amaba Escondidos. Pues ha sido precisamente esa desarmarización de TVE la que ha animado al público juvenil, maduro y adulto a sentarse de nuevo en prime time pulsando La1.

El alegato por la normalización de la diversidad sexual es ya Historia de la televisión pública. Camisetas reivindicativas sobre el colectivo trans donde Marina y Bastian se fundían en un beso, el morreo (qué bien suena) entre Agoney y el asustadizo Raoul, la carpeta entre dos hombres que se invitaban a dormir juntos esa noche, la formalización de una pareja heterosexual como Amaia y Alfred, y el repudio a la intolerancia han marcado un programa que merece llevarse, solo por ello, multitud de premios que trasciendan de lo musical e incluso del colectivo LGBT. Estos chicos a los que se le promete un futuro incierto y de precariedad laboral pese a su talento, y que algunos sabrán aprovechar, han sido referente de cientos de miles de jóvenes, de los que no pocos habrán dado un paso adelante.

Decía un compañero que España es un país de amor donde gusta achucharse, tocarse y dar muestras de cariño por doquier. Es por ello que no debería sorprender que al encender el receptor dos chicos se den un beso. Pero aún hoy sorprende, emociona y se convierte en trending topic, y no es más que la demostración del respeto que debe reinar en nuestra sociedad. Porque sabemos respetarnos y normalizar lo que debería haber estado normalizado hace mucho tiempo. Solo con los pasos dados en esta edición de OT se empuja al respeto y se reparten valores. Nadie se ha ido con las manos vacías. Se ha estrechado la brecha generacional, la selección musical ha tocado todo tipo de palos y se ha puesto, al fin, color a TVE. Lo que podía ser un espacio añejo rendido a la nostalgia ha roto los mimbres de la mítica TorreEspaña, sin dramas ni comedias, dando voz a la generación XY, a sus debates y a la igualdad. Se han abierto las ventanas. El verdadero triunfo.

 

 .

Conversación