CANCIONES CON TOQUES NAVIDEÑOS EN EUROVISIÓN

Qué mejor época para hablar de esas canciones eurovisivas que por su melodía nos evocan a la época navideña… Pues aquí, en mi última columna del 2007, y para que estemos acordes con las fechas presentes va mi selección de éxitos. El artículo se complementa con algun vídeo, los que he considerado más representativos, los […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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CANCIONES CON TOQUES NAVIDEÑOS EN EUROVISIÓN

Qué mejor época para hablar de esas canciones eurovisivas que por su melodía nos evocan a la época navideña… Pues aquí, en mi última columna del 2007, y para que estemos acordes con las fechas presentes va mi selección de éxitos. El artículo se complementa con algun vídeo, los que he considerado más representativos, los otros que describo los tenéis en la sección historia.

Que casi en primavera tuviésemos sonidos navideños en el Festival resultaba a la par que curioso, gracioso, porque una ya piensa más en el bañador que en los turrones. Pero en la dilatada Historia de nuestro Festival hubo canciones con aroma de villancico, algunas de forma descarada, otras más sutil. Haremos un recorrido por ellos… y espero que el almíbar no nos inunde, que lo dulzón no nos empache, porque queridos, en este despliegue hay mucho azúcar…

Seguro me dejo alguna que vosotros ya me diréis, pero este ramillete creo que merece estar. Empiezo con la veterana sueca Alice Babs, la primera representante de Suecia allá por 1958. Su tema "Lilla stjaerna" –abajo vídeo– sonaba a esa melodía nórdica folklórica con muchos toques de música tierna ideal para la Navidad. Además ella escogió como vestuario ir de pastorcita que va buscando la ovejita perdida por los campos escandinavos. Con esa mirada tierna se llevó el cuarto puesto.

Por su estilo indumentario la noruega de 1960 Nora Brockstedt parecía que también se había dejado el trineo aparcado bajo un abeto de Narvik para cantarnos "Voi-voi" y como si buscara al reno perdido entre la nieve, sus reclamos llegaron sonoros en la sala londinense donde como su amiga la sueca de 1958, consiguió quedar cuarta. La canción es muy buena, también era el debut de este país en Eurovisión, y ellos se mantuvieron fieles a lo dulzón porque hay más canciones de este país en el listado de hoy.

La alemana Conny Froboess, niña prodigio en su país en la década de los cincuenta, cantaba ahora, en el Festival de 1962, a dos pequeños italianos. El tema "Zwei kleine italiener" –abajo vídeo– fue un bombazo en su país, canción de varias temporadas que aunque se lanzó en primavera, tuvo tirón hasta la Navidad teutona porque a la par que dulzona y pegadiza, la canción, que se la puede calificar hasta de ñoña a veces, consigue ese optimismo propio de los villancicos. Y aunque ellos no lleven zambomba ni pandereta, sonoba un poco a pandereta, qué le vamos a hacer. Y mantieniéndose en el éxito que da este estilo, Conny fue sexta en Luxemburgo, mira por dónde…

Bueno, aquí un homenaje a mis queridos Realquilaos, que llenos de emoción recibirán esta mención al "Karusell" –abajo vídeo– de la inestimable Kristi Sparboe, la mujer más tenaz de la década de los sesenta. Aquí sumó su primer voto de los cuatro que tendrá en sus tres participaciones. Pues bien, la orquesta empieza en Nápoles '65 con la nerviosa e infantil melodia que deja boquiabiertos a un público más acostumbrado a otros bríos. Y ella, con cara de niña repollo, canta con ese entusiasmo que siempre la ha caracterizado su Karusell con mirada inocente, sonrisa picaruela y vestido de niña bien. Ahí está para el recuerdo, y si la ponéis en Nochebuena, no digáis que es de Eurovisión, que no nos acusen de frikis, que ya está bien de tanta ignominia.

Llegamos a 1968 con el villancico por excelencia de la Histoira de Eurovisón. Se trata del "Jedan jan" –abajo vídeo– de los croátas Luci Karpuso y Hamo Hajdarhodzic que con los trovadores de Dubroknik nos trajeron los aires navideños en aquel Festival donde nosotros nos llevamos el gato al agua. Ellos, con entusiasmo, flautas, y muy compenetrados en escena, cerraron el Festival de Londres. Y en el Albert Hall pensarían, ¿hemos hecho una regresión a diciembre?. Sí queridos, el sonido no puede ser más de villancico, pero de villancico de los nuestros, de la zona mediterránea, de los de coje la zambomba y la botella de anís y ponte a bailar entre las mesas llenas de polvorones multisabores. Ellos también recibieron una buena clasificación dentro de lo que cabe, ya que fueron séptimos.

En cambio, en 1970, los yugoslavos optaron más por la balada, pero sin renunciar al toque dulzón de canción entrañable de Noel. Ella, Eva Srsen y su "Pridi, dala ti bom cvet" parecía que cantaba bajo en arbolito mientras abría los regalitos que sus papás le ofrecían, y nos entonó un tema un pelín tristón, muy meláncolico, de aquellos de ponerse a llorar por los recuerdos del pasado. Encantadora en su puesta en escena, quizá algo desmesurada en la peluquería y con cara de susto, Eva cantó en Amsterdam y ya no tuvo tanta suerte como los demás mencionados, quedó penúltima. Y es que querida, con ese pánico escénico no se puede salir, y el premio se lo llevó otra fraternal e incluso entrañable melodía irlandesa, bastante dulzona también.

Volvemos a Noruega, con otra criaturita angelical, quien le iba a decir a ella que años después ganaría el Festival. Hablamos de Hanne Krogh, con paraguas incorporado, era como la hija de la señora Olesson, sacada de la Casa de la Pradera para cantarnos "Lykken er". Que lujo de vestuario, tan apropiado para la década de los setenta, bueno eso es una pequeña malignidad que me he permitido. Pues sí, a golpe de paraguas la chica se colocó también penúltima en la tabla, como la Srsen. ¿Qué estaba pasando?, es que ya las melodías fuera de temporada ya no gustaban a los insignes jurados?, porque ellas, en este caso, Hanne, con catorce años, no podía encandilar más con su sonrisa y cara de no haber roto nunca un platito, la chica. Recuerdo, que esta, a nuestro comentarista, el fallecido Joaquín Prat era la que más ternura le producía, no había para menos, aunque lo demodé ya no estuviese de moda.

Y como ellos seguían fieles al estilo romanticón, con toques navideños, ahora tirando hacia la comedia musical, en 1972 el dúo compuesto por la ya fallecida este año que dejamos Grethe Kausland, y Benny Borg, aportando él su toque de masculinidad, mientras ella se mantenía estática con amplio recogido en el pelo ante el micro siguiendo los toques de la guitarra de él. "Småting" era la propuesta. Es de esas canciones también de belencito y árbol de Navidad. Eso sí, por lo menos sonaban más modernos que los otros, por ese toque americano puesto en las notas. No les sirvió de mucho, ya que sólo fueron decimocuartos. Se ratificaba que el estilo estaba en crisis, por lo menos en Eurovisión. Recordad que en los setenta ya se buscaba más la canción del verano, y no la del invierno…

Precisamente hablando de canción de verano, esta de Austria '76 cantanda por los hermanos Waterloo y Robinson podía estar enmarcada tanto en la piscina como delante del portal de Navidad. Ese entusiasmo en las palmas, y ese estribillo tan meloso, podía encuadrarse en cualquier época, en la intemporalidad eurovisiva en este caso. Sí, hablamos de una canción pero que muy festivalera. Eran como el Dúo Sacapuntas o los Hermanos Calatrava en escena, el guapo y bien vestido, y el pequeñito con unos pantalones que además le venían cortos. El rubio y alto, el guapo, se veía tremendo con su sonrisa permanente. Él miraba a cámara con destreza y poderío, incluso marcaba paquetón, mientras el otro ponía cara de susto vestido de adefesio. Y así, apresuradamente, cantaron como frenéticos en el ritmo, su "My little world" y mira por donde, tanto entusiamo les vino bien, porque los chicos fueron quintos en la tabla, por ahí iban los tiros ese año.

Volvemos a los toques de hermandad con la canción de Luxemburgo en 1985 y el sexteto formado por estrellas de lo más rutilante en Centroeuropa y el área francófona. Eran: Margo y Frank Olivier (matrimonio), Chris Roberts y Malcom Roberts (hermanos), Ireen Sheer y Diane Solomon. Todos juntitos cantaron a los niños, a la tierna infancia en su pegadizo pseudo trabalenguas "Children, Kinder, Enfants". Por si alguien se quedaba sin entender el título, ellos lo pusieron en tres idiomas. Tan blanquitos, tan elegantes y con esa fraternal canción creo que harían bastantes galas hasta la temporada navideña, porque la canción lo merecía. En Göteborg sólo fueron decimoterceros, aunque se colaron delante de nuestra diva, Paloma San Basilio, sin comentarios…

Y lo más almibarado de la época llegó en 1989 con el niño Gili que se acompañó de Gallit, una chica más crecidita que el chavalín. Que conjunto hacían. Cuánta ternura derrochada en "Derech ha'melech". Y esos ojos del niño mirando a las del coro, porque hasta se atrabanca un poco en la voz, y es que estaba como un flan. Claro, con doce años, poco se podía hacer. Al año siguiente se puso la regla de que los niños no saldrían más en Eurovisión y que ya los altos cargos o jerifaltes de la UER se habían puesto duros con el tema. Los niños tendrán que esperar a la invención de Eurovisión Junior, bastantes años después de esto.

En 1990 hay dos temas que pueden meterse en esta lista tan navideña. Son el de Suiza, Egon Egemann y Reino Unido con una adolescente Emma. Él escogió el violín blanco, como su ropa, y tan "virginal" salió al escenario de Zagreb para cantar con voz de barítono "Musik kling in die Welt hinaus". Como vemos, temas sobre la música, el mundo, la fraternidad, el año en que acabó el Mundo de los Bloques antagónicos politicamente, empezarían otros frentes igual de cruentos… Todo requería canciones de hermandad que muy bien pueden formar parte de la melodía navideña, cuando todos nos ponemos a recapacitar un pelín más, ¿o no?. Pues también la inglesa Emma, vestida de rojo, pero sin querer ser matadora, cantó el tema en forma de himno, muy adecuado para las comedias musicales del West End londinense, "Give a little love back to the world". Como vemos más mundo, y más mensaje en la letra en ese año tan crucial tras la caída del Muro de Berlín el año anterior.

Y llegamos a 1993 en Millstreet cuando para sorpresa de todos el conjunto Put de Croacia, que se año debutaban como país independiente salido de la extinta Yusgoslavia, cantaron un verdadero himno de Navidad. Es el tema "Don't ever cry" –abajo vídeo– estaba interpretado con elegancia por un conjunto de guapísimos integrantes que no dejaron, ni mucho menos, mal sabor de boca, porque era muy intencionado el mensaje. Ocuparon la plaza decimoquinta, poco para su valía. En cambio, los israelíes también llevaron mensaje fraternal con su "Shiru" pero quizá parecían más el coro de unos asustados componentes ante la fría y enérgica mirada de una madrastrona que sentada al piano les vigilaba por el rabillo del ojo mientras golpeaba con fuerza las teclas, para luego levantarse y acercarse a ellos para hacer una de esas coreografías que tanto gustan a los israelitas. El puesto para los Lahakat Shiru fue el penúltimo…

Como vemos la delegación hebrea es muy devota de este estilo tratado aquí, porque en 1995, ya redondearon con "Amen" y una diva en escena Liora, que cantó estupendamente es gran himno religioso de mensaje fraternal. Y así obtuvo una buena clasificación, séptima, porque esta mujer ya que se puso a hacer algo con mensaje, lo hizo con elegancia y fuerza. El coro no podía ser mejor, y ocuparon el puesto octavo en un año muy competitivo.

Acabamos la década y el milenio con Alemania '99 y su tema "Reise nach Jerusalem" mira en la tierra de Jesús, y muy multicuturales ellos, los Sürpriz, han sido los que es el estilo prenavideño, han obtenido mejor plaza, tercera. Esta canción fue escogida en la Final alemana tras ser descalificada Corinna May, y mira por donde les vino bien la experiencia. Realmente, aunque la canción pueda tener sus seguidores, no es de lo mejor de este país en Eurovisión. Si que es cierto que con la letra se llevaron a público de calle y recibieron una gran ovación. Cantaron en turco, alemán, inglés y hebreo y quieras que no, eso dá muchos votos, a parte de que el tema es pegadizo.

Irlanda en 2000 también llevó una canción que más que navideña, tenía un toque milenarista muy interesante. El fantástico intérprete Eamon Toal cantó "Millenium of love" y más descriptivo no podía ser en su tema que obtuvo el sexto puesto. Eamon ya fue coro de Eddie Friel en 1995, y era un experto cantante de orquesta, estupendo. Como el decorado se inspiró con imágenes de velones encendidos en los paneles gigantes y movibles que había en el escenario, daba a la canción un aire muy de nuestras fechas.

Volvemos con otro tema de Israel, ahora en la voz de Sarit Hadad que quedó duodécima, después de haber aguantado hasta abucheos de público tras su actuación en Tallínn 2002. La situación política de Israel respecto a Palestina provocó el motín del público. Con todo su canción de aire totalmente intimista y cálido con sonido de violín, no por menos se titulaba "Ligth a candle" -enciende una vela- (abajo vídeo). Era una canción de gran finura, así como su puesta en escena, muy medida en los gestos coreográficos, como casi siempre hace esta delegación.

Austria 2004 también llevó una canción muy tierna y acorde en cualquier velada de intimidad familiar. El trío masculino Tie Beak con "Du bist" buscaron una melodía muy sencilla y elegante, en un número comedido, aunque vestidos muy modernitos los chicos, todo hay que decirlo. Es una canción que perdió quizá algo de fuerza en directo en los votos, pero que en su versión de estudio, podía haber sido de esas canciones de película de amor, con nieve y todo, y que ya me estoy poniéndo un pelín románticona. La canción invita a eso, además de ser un pop estilo germano muy atractivo, que para cantarlo coralmente puede estar muy bien. Lo malo es que sólo fueron vigesimoprimeros, entre los de cola.

Y ahora nos tiramos a la pandereta, que en sarao navideño donde se precie debe haber, porque así los demostraron los sonidos zíngaros de la representación polaca de 2005. El histrionico cantante Ivan se había dejado la cabra en el camerino y saltó al escenario enfervorizado, perdiendóse entre los volantes de la bailarinas, rompiéndose la camisa, y saltando como un descosido en su rimbombante número a lo gaucho argentino, qué mejunge, madre mía. Y yo qué queréis que os diga, esos sonidos de acordeón y medio gitanos también me recuerdan a la Navidad, pero ya en plan juerguita pasada de rosca.

Y como fiesta que se precie, el colofón llegan con Bonaparti.lv que con su "Questa notte" –abajo vídeo– eran como unos sucedáneos de Il Divo, como representación de Letonia en 2007. Pasaron de la Semi a la Final, sin problemas, y fueron decimocuartos. Los bufones letones, con ese italiano sui generis, podrían finiquitar en tono de ritmo que unifica a todos en la Nochebuena o Nochevieja, una fiesta, por qué no, de Navidad también…

Queridos amigos, os deseo una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo 2008, de vuestra amiga, Reyes del Amor

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