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JESC 2019: Números en las olas

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Si los números cantaran

JESC 2019: Números en las olas

30 de noviembre de 2019


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Edad y Eurovisión: El Euro-Edadismo

Es inevitable pensar aún si el tercer puesto de Melani en Gliwice fue una ilusión o algo real. No obstante, vamos a volver de Marte y vamos a echar un repaso a los números que nos deja esta 17ª edición de Eurovisión Junior, que no son pocos y no van a dejarnos indiferentes.

LOS NÚMEROS ESTRATOSFÉRICOS DEL VOTO INTERNACIONAL

La primera cifra que debe llamarnos de esta edición es el sorprendente aumento del televoto internacional. El año pasado se registraron 1,28 millones de votos mientras que en este se han alcanzado los 3,77 millones, un aumento del 195%, ¡se han triplicado! Puesto que se podía votar entre 3 y 5 canciones, esto quiere decir que hubo entre 754.000 y 1.256.667 votaciones emitidas (que no personas, pues una persona podía votar más de una vez).

De los casi 4 millones de votos, España recibió unos 355.789 votos. Esto supone que a nuestro país le votaron entre el 28% y el 47% de las votaciones emitidas por el público internacional. En el caso polaco, la horquilla es del 45%-75%, prácticamente podemos asegurar que 1 de cada 2 votaciones que se emitieron en esta edición tenían marcada a Polonia. El año pasado Roksana recibió 150.529 votos mientras que en este, Viki sumó 568.000, triplicándolos sobradamente y duplicando los que recibió Carla por Francia, tercera en el voto internacional con unos 287.000 votos.

La otra consecuencia de este aumento de la participación internacional es que conseguir un voto se volvió mucho más caro. El año pasado hacerse con uno de los 1.160 puntos del público internacional costaba 1.103 votos, mientras que este año han hecho falta 3.421 para sumar un punto al marcador final.

EL VOTO ÚTIL… E INÚTIL

La posibilidad de votar al país propio generó un fuerte movimiento que todos pudimos constatar: se votaba por el país propio independientemente de las canciones. Para quitaros las ganas el año que viene, si lo hay, os presentamos el siguiente gráfico. Como decíamos, España sumó unos 355.789 votos, pero con tan solo 266.000 le habría bastado para retener el tercer puesto final (habría sido sexta en el voto internacional). Es decir, 89.789 de los votos que recibimos no sirvieron para cambiar nuestro puesto.

Ahora bien, si hubiéramos recibido 54.211 votos de más, Melani habría podido adelantar a Kazajistán en la clasificación general y se habría colgado la plata. En ambos casos las distancias son muy grandes, por lo que deberían disuadir a aquellos que votan por banderas y no por canciones, que son las auténticas protagonistas.

En los dos últimos años que hemos tenido este sistema de votación en Eurovisión Junior, siempre hemos dicho que el voto internacional discrimina poco, es decir, reparte puntos tan similares entre los países que apenas sirve para modificar posiciones. En el top10 de este año el único país que se ha desplazado más de un puesto ha sido Italia, que pasó de la 9º a la 7º plaza final.

A pesar de ello, este año la curva del voto internacional (rojo) no ha sido tan plana como en años anteriores y se ha curvado en el extremo de mayor puntuación. La curva no debería haber vuelto a tocar la de los jurados internacionales (amarillo) y en este caso se ve como la roza para el caso de España (posición 2ª) y la sobrepasa en Polonia (posición 1ª), cortándola. O lo que es lo mismo: tanto Polonia como España recibieron una cantidad de puntos anómala a como ha estado funcionando tradicionalmente el voto internacional.

QUERIDO BLOQUE SOVIÉTICO…

El bloque de países del Este no faltó este año a su cita con el Junior, salvo por Azerbaiyán, sus otros 7 miembros repitieron. Hay que destacar su papel porque Armenia, Bielorrusia, Georgia, Kazajistán, Polonia, Rusia y Ucrania representan más de un tercio del total de participantes.

Este año han sido bastante justos entre ellos y no se aprecian grandes intercambios dentro del bloque que forman. Bien es verdad, que tampoco ha sido un año en el que, en general, hayan tenido mucho éxito. Kazajistán, la mejor valorada del grupo, sí que fue algo beneficiada. De hecho, si la hubieran valorado como lo hizo el resto de los países fuera de este bloque, habría recibido 16 puntos menos. Y sí, si hacemos cuentas, con 16 puntos menos Melani habría subido un puesto.

Es curioso que un año más Australia fue muy bien valorada por estos países: le promediaron 8 puntos, mientras que el resto de Europa solo le dio 2 puntos de media. Por el lado contrario, volvieron a penalizar a Francia (a la que ya dejaron sin triunfo el año pasado) y también discriminaron a España y Países Bajos. Para el caso español, si nos hubieron votado en la misma media que los demás, habríamos sumado 20 puntos extras, lo que unido a los extras que recibió Kazajistán, nos habría reforzado en la segunda plaza del festival. Bajo el mismo supuesto, Francia habría ganado 32 puntos.

LAS CIFRAS DE VERDAD

No quiero cerrar el blog sin un mensaje final. Más allá de los sistemas de votación, los posibles vecinismos, el autovoto o las posiciones finales, voy a dejar unas cifras aplastantes: para 2050 habrá más toneladas de plástico que peces hay en el mar, se estima que se vierte un camión lleno de plástico cada minuto en el mar, un tercio de los residuos plásticos que se generan en Europa termina en los océanos, en España solo el 30% de los plásticos se reciclan y 500 años son los que necesita una botella de plástico en descomponerse.

Estos son los números que debemos temer de verdad y ojalá que, más allá que su brillante posición, el mensaje de Melani cale en nosotros. “Todo puede ser como quieras tú”.

Conversación

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30/11/2019

resumenSi nos hubieran votado más, habríamos ganado.