Los Países Bajos presentan una de las geografías más particulares de Europa, así que antes de entrar en su historia eurovisiva, podemos empezar con sus datos “oficiales”. En cuanto a extensión, de los 47 países europeos participantes en Eurovisión, ocupan el lugar 33, y eso contando que los cuatro últimos son microestados. Por lo tanto, no es un país especialmente grande. Un primer dato curioso es que después de tres de esos microestados (Mónaco, Malta y San Marino), Países Bajos es el país más densamente poblado de Europa, y casi duplica al segundo, que ¿curiosamente? es su vecina Bélgica.
Los casi de 17.200.000 habitantes del año 2018 se reparten en un territorio de unos 42.000 km2. Y siguiendo con los datos curiosos de este particular país, aproximadamente una quinta parte de su territorio se encuentra bajo el nivel del mar, en total, unos 7.500 km2, incluyendo por ejemplo a Ámsterdam y su aeropuerto. Fijaros que diferencia tendría el país con y sin sus famosos polders, las estructuras que mantienen alejada el agua, y constituyen una de las mayores obras de ingeniería de Europa. En su origen, los pólders bombeaban el agua gracias a los molinos de viento, y posteriormente fueron sustituídos por turbinas de vapor. Este es el origen de dos de sus grandes símbolos, los molinos y los canales.
De hecho, cuando en España la religión estaba tan presente en toda la vida pública y se nos contaba que Dios había hecho el mundo, había un refrán popular que nos decía “Dios hizo el mundo, excepto Holanda, que la hicieron los holandeses”. Bromas aparte, la construcción de diques para evitar que el mar invadiera las tierras tiene su origen en el siglo XVIII, y ello ha creado siempre un fuerte sentimiento comunitario entre la población de este país.
Porque, por cierto: ¿es correcto decir Holanda? ¿Es un sinónimo de Países Bajos? Aunque a nivel coloquial la RAE admite poder referirse a este país como Holanda y a su idioma como holandés, de forma oficial nos tenemos que referir a los Países Bajos, y al neerlandés como su lengua. Holanda conforma las dos provincias costeras más grandes de los Países Bajos, y de ahí que durante su expansión comercial, muchos marinos se refirieran a Holanda como a su punto de partida, lo que, en sentido estricto, era cierto, y ello explica que el gentilicio de estas provincias se haya extendido en la mentalidad popular al de todo el país.
El nombre del país, Nederland, literalmente traducido como las “tierras bajas”, deriva de la poca altitud de todo su territorio. La “montaña” más elevada, Vaalsberg, mide 332 metros. Aunque siendo más exactos, tendríamos que decir que en realidad es el Monte Scenery, de 887 metros, en la caribeña isla de Saba. Porque desde el 2010, el Reino de los Países Bajos está compuesto de las 12 provincias en el territorio europeo, más tres municipios especiales, que son tres islas en el Caribe: Saba, Sint Eustatius y Bonaire. Las otras tres islas caribeñas que hasta ese año configuraban las Antillas Holandesas son Aruba, Curaçao y Saint Marteen, y actualmente son países autónomos dentro del Reino de los Países Bajos, pero que a diferencia de las tres municipalidades especiales, no forman parte de la Unión Europea.
El idioma oficial en todo su territorio es el neerlandés. Sin embargo, hay otras lenguas que se hablan en este país, como el bajo sajón (1.800.000 hablantes), el limburgués (825.000), el frisón (450.000) o el papiamento de las islas del Caribe (18.000). A pesar de tener idiomas distintos al neerlandés, hablados por unos tres millones de personas, ¿en cuántos han participado en Eurovisión, aparte del inglés? Respuesta: en uno, el neerlandés.
La televisión pública AVROTROS, denominación vigente desde 2014 tras la fusión de las antiguas AVRO y TROS, ha enviado 60 canciones en sus 59 participaciones (recordemos que en la primera edición de 1956 cada país presentó dos temas). De esos 59 años, en 36 sólo se podía utilizar la lengua oficial del estado, y siempre se escogió el neerlandés. Pero cuando hubo libertad de idiomas, entre 1973 y 1976, y a partir de 1999, envió 23 canciones a Eurovisión: 20 en inglés, dos en neerlandés (1973 y 2010) y una en una lengua inventada (2006). Es decir, cuando han podido escoger, el 87 % de las veces se han decantado por el inglés.
Los idiomas regionales son vistos en los Países Bajos como un hecho cultural, propio de cada región, y se realizan festivales de música, actos populares, e incluso se usa en campañas políticas locales. Mientras el frisón goza de reconocimiento desde 1956, el bajo sajón y limburgués tan sólo han empezado a recibir un cierto reconocimiento desde 1996 y 1997, a través de la European Charter for Regional or Minority Languages. En cualquier caso, ninguna de las tres lenguas se presentan a nivel popular como una alternativa al neerlandés. La región más organizada políticamente, Frisia, cuenta con el Partido Nacionalista Frisón, que en 2018 obtuvo 4 de los 43 diputados regionales, un senador de los 75 existentes, y ningún miembro de los 150 en la Cámara de los Representantes (equivalente al Congreso). Aquí podemos ver el mapa de estos idiomas, donde se incluye la parte de Bélgica donde también se habla neerlandés y limburgués.
¿A qué se debe este aparente desinterés de los hablantes por sus idiomas regionales? Desde luego, no hay una explicación única, pero hay un hecho que caracteriza a los Países Bajos: su expansión marítima y comercial por todo el mundo. En su período histórico de máximo esplendor comercial, el siglo XVIII, no llegaron nunca a formar un imperio como alguno de sus vecinos (Francia, el Reino Unido o Portugal), sino que llegaron a todos los rincones del mundo para tener tratos comerciales, y ello les llevó a enfatizar la comunicación con todos los territorios visitados.
En el siguiente mapa, podemos ver cómo estableció bases comerciales estratégicas en varios lugares del mundo para desarrollar el comercio, pero no llegaron a conquistar ningún territorio significativamente grande (con la excepción de Indonesia que tiene una historia bastante particular). En verde oscuro se representan las bases de la Compañía de las Indias Occidentales, y en verde claro, las bases de la Compañía de las Indias Orientales. En ocasiones esas zonas representan a países enteros (Sri Lanka, Surinam o Indonesia), y en otras tan sólo a partes de un país (como Nueva York o Pernambuco).
Países Bajos quizá sea un país pequeño en términos de extensión o población, pero su presencia histórica y económica a nivel mundial es mayor de lo que estos datos podrían indicarnos. Desde los siglos XVIII y XIX, cuando se convirtieron en potencias comerciales, hasta los siglos XX y XXI, su presencia en todo el mundo a través de numerosas empresas multinacionales es enorme. Aquí podemos ver los logos de algunas de sus mayores marcas donde reconocemos a la mayoría.
Recapitulando lo que hemos visto de la historia de los Países Bajos, podemos afirmar que dos hechos han marcado su carácter como nación.
- Un fuerte sentimiento de pertenencia a una comunidad, la neerlandesa, más allá de las diferencias locales y regionales en su interior
- Una expansión internacional basada no en la conquista, sino en el comercio, que ha llevado a que el país tuviera siempre una historia de viajes ultramarinos y contacto con muchos países y territorios.
¿Cómo se traducen ambos aspectos en las canciones que han enviado a Eurovisión? En primer lugar, en el idioma. Cuando sólo se podía cantar en la lengua propia de cada país, las canciones siempre se presentaron en neerlandés. Y cuando hubo libertad de elección, en prácticamente todas las ocasiones se cambiaron al inglés, casi como un paso lógico en aras de una mejor comunicación, con el objetivo de llegar al mayor público posible. En su tradición histórica de viajar a territorios muy lejanos y dispares, los marineros y comerciantes que partían de Holanda siempre llevaron a cabo sus tratos comerciales sin la intención de imponer su idioma en los países con los que contactaban. De hecho, el neerlandés sólo es oficial en un estado no europeo, Surinam, además de tres islas de las antiguas Antillas Holandesas.
Actualmente, no es necesario preguntarse cuál es la lingua franca de comunicación mundial. No existe ninguna duda que es el inglés. Según las estadísticas de 2016, y más allá de su anecdótico estatus co-oficial en las islas de Saba y Sint Eustatius, un 90% de la población local manifiesta que puede comunicarse en lengua inglesa, por lo que fue un paso casi automático pasar a ella cuando las reglas lo permitieron en Eurovisión. Cierto es que tres de sus cuatro victorias se produjeron en neerlandés, pero vamos a examinarlas más de cerca:
1. La primera en 1957 con Corry Brokken, una estrella europea de la época, y su balada Net als toen, en un festival de 10 países en el que dos canciones sonaron en neerlandés
2. La segunda en 1959 con Teddy Scholten y su divertida Een betje en una edición de 11 participantes y también con dos temas en neerlandés
3. La tercera en 1969 con Lenny Kuhr y su Trubadour en la famosa edición del cuádruple empate en primera posición y 16 países. Durante los 10 años entre el segundo y el tercer triunfo, los Países Bajos quedaron en último lugar en tres ocasiones
4. Y la cuarta y última ya se produjo en inglés, en 1975, cuando Teach-In ganaron con su Ding-a-Dong que en ocasiones se ha citado como la estela de ABBA
En el festival que organizaron en 1976 se clasificaron novenos de 18 concursantes. A partir de este momento, su palmarés eurovisivo no ha sido precisamente un éxito, ya que sólo han alcanzado el podio en una ocasión, cuando en el año 2014 obtuvieron una segunda posición con The Common Linnets que en ningún momento pudo disputar la victoria a la participante austríaca, Conchita Wurst.
Países Bajos 1975: Teach-In – Ding-a-Dong
El segundo aspecto que se refleja de la historia de Países Bajos en Eurovisión es el tipo de canciones. Sus temas siempre han seguido un “estándar”, incluso podríamos decir que han sido bastante neutros, sin que con ello queramos desmerecer en absoluto su calidad musical. Nos referimos a que no han presentado innovaciones ni sorpresas significativas, ni han incorporado elementos del folklore o la música tradicional neerlandesa. Ello se hizo especialmente evidente desde el uso del inglés.
Finalmente, debemos tener en cuenta que la participación en el festival ha tenido un impacto bastante limitado en las futuras carreras musicales de sus representantes. Si analizamos los intérpretes o grupos desde 1999, edición en la que se permitió de nuevo la libre elección de idioma, comprobamos que tan solo Waylon (2018), Trijntje Oosterhuis (2015), Ilse Delange (2014), Anouk (2013), 3JS (2011) y Edsilia Rombley (2007) han tenido una trayectoria discográfica estable, si bien todos ellos ya eran artistas consagrados cuando acudieron al certamen. Otros como Glennis Grace (2005) siguen en activo y con notable éxito, mientras que O’G3NE (2017) y Douwe Bob (2016), de participación más reciente, cuentan con un futuro prometedor. La decena de casos restantes, sin embargo, no consiguieron hacerse un hueco en el panorama musical neerlandés. Algunos de ellos siguen viviendo de la música, con un alcance más limitado, mientras que otros dieron por finalizada su actitivad artística.
Países Bajos 2005: Glennis Grace – My impossible dream
La vocación internacional de los Países Bajos es indiscutible. Sin embargo, o tal vez debido a ello, si escucháramos en términos eurovisivos la mayoría de sus canciones presentadas en inglés desde 1999 hasta hoy, difícilmente las asociaríamos con ellos. Sus temas están pensados para un consumo global y quizá, por este motivo, le resulte tan complicado diferenciarse y obtener buenos resultados en el festival.
Posiblemente la AVROTROS tenga interés en ganar Eurovisión, el país es uno de sus fundadores y suman cuatro triunfos, pero también es cierto que ya son muy lejanos. Cuando estuvieron ocho ediciones consecutivas sin clasificarse para la gran final, entre 2005 y 2012, siete de ellas celebraron una preselección, y a partir de 2013 seleccionan internamente a algunas de sus estrellas musicales para intentar reconducir estos resultados. La precursosa de esta nueva era que les ha devuelvo a la final en cinco de las seis citas anuales fue Anouk.
Países Bajos 2013: Anouk – Birds
Ganar no es nada fácil, todos lo sabemos. No hay fórmulas mágicas, pero sí ingredientes indispensables como sorprender y marcar la diferencia. En este caso se trata de un país abierto al mundo, con una gran presencia internacional, y a su vez con una gran capacidad de adaptación. La corrección de sus canciones, cantadas por estrellas y que encajaban en el formato eurovisivo nos podía hacer pensar que estaban luchando por su quinta victoria. De hecho, en el año 2014 ya tuvimos un aviso, con el segundo puesto de Ilse y Waylon en el 2014.
Países Bajos 2014: The Common Linnets – Calm after the storm
Finalmente, en el 2019 consiguieron su gran objetivo, que habían estado preparando durante muchos años. Su quinto triunfo en Eurovisión llegó de la mano de una balada intimista, interpretada sobriamente al piano, sin una puesta en escena espectacular con la que impactar a los teleespectadores. Tan sólo la voz y el carisma de su cantante, Duncan Laurence, y una letra y música envolventes y sugerentes, transportaron a los teleespectadores y jurados de Europa, que situaron a los Países Bajos de nuevo en lo más alto del podio. Aunque quedó segunda en el televoto (por detrás de Noruega) y en las valoraciones de los jurados profesionales (por detrás de Suecia), la combinación de Arcade demostró ser un winning game, que llevó a los Países Bajos a conquistar el preciado quinto micrófono de cristal. No fue una victoria casual, sino fruto de una trayectoria con un objetivo claro y marcada por la calidad.
Países Bajos 2019 – Duncan Laurence – Arcade