Seguimos nuestro viaje por el Cáucaso con uno de los vecinos de Georgia: la República de Azerbaiyán.
Sus datos de población y territorio lo situarían como un país medio en Europa: poco más pequeño que Portugal, y con aproximadamente la misma población. Sin embargo, su situación como tierra de paso entre Europa y Asia ha hecho que su actual situación no sea de las más fáciles del mundo. Tampoco sus vecinos se caracterizan por tener una situación política y económica especialmente estable: Rusia, Armenia, Georgia, Turquía e Irán.
La historia del país, desde sus primeras menciones, es la historia de sus conquistadores. Ha formado parte de los imperios Persa, Romano, Árabe, Turco, Mongol, Otomano y Zarista. Dejando los detalles históricos, sin duda fascinantes pero que exceden el objetivo del artículo, vamos a centrarnos en el siglo XX, en el que fue una república constitutiva de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de 1920 a 1991, año éste último en el que declaró su independencia.
Pero la sombra de la actual Rusia es muy alargada, tal como hemos visto en los anteriores artículos sobre Ucrania, Moldavia y Georgia. Veamos de nuevo el mapa de los «regalos» que este país dejó sobre sus repúblicas periféricas en el momento en que estas se independizaron.
El mapa del actual Azerbaiyán es complicado. En 1920, en el momento de incorporarse a la Unión Soviética, se modificaron las fronteras entre Armenia y Azerbaiyán, y éste último fue el gran beneficiado, ya que pasó a recibir la región que actualmente constituye un exclave sin continuidad territorial con la principal área del país, Najicheván, en la que una de las primeras medidas de sus dirigentes fue la expulsión de los armenios del territorio.
Pero si puede complicarse más, ¿por qué hacerlo sencillo? Esta era la filosofía de Rusia dentro de la URSS: crear fronteras entre pueblos y unir en un territorio a otras poblaciones enfrentadas. Así que crearon otros tres enclaves azerís en Armenia: Karki, Barjudarli y Yujari Askipara, y un enclave armenio en Azerbaijan: Artsvashen.
Sin embargo y sin ninguna duda, el mayor regalo envenenado de la antigua URSS fue en 1923 la concesión a Azerbaiyán, por parte de Stalin, del territorio del Alto Karabaj (en azerí: Dağlıq Qarabağ, en armenio: Լեռնային Ղարաբաղ -romanizado: Leṙnayin Ġarabaġ-). Ese año se convirtió en una región administrativa autónoma de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, a pesar de que el 94% de su población era de etnia armenia.
Azerbaiyán no quedó exenta de las purgas llevadas a cabo por Stalin en la década de los años 30, que significaron la muerte de millares de personas. Sin embargo, al ser el mayor exportador de petróleo y gas para todo el territorio soviético, su situación económica fue mejorando con el paso de los años. No llegó a ser invadido durante la II Guerra Mundial, de forma que su industria siguió desarrollándose, pero al llegar los años 60 el petróleo empezó a extraerse de otras regiones soviéticas, con lo que se inició un declive económico del territorio.
Paralelamente, las tensiones con la minoría armenia fueron aumentando, muy en especial en Nagorno-Karabaj. En 1988 estalló una guerra abierta entre Armenia y Azerbaiyán que acabaría en 1994 con más de 30.000 muertes y la ocupación de una gran parte del territorio azerí por el ejército del país vecino, incluyendo los enclaves en el país, siendo la mayoría de Nagorno-Karabaj.
Poco antes del final del conflicto se proclamó la independencia del país, en 1991, y tuvieron lugar las primeras elecciones del país. La economía mejoró, sobre todo gracias a los acuerdos que crearon un oleoducto y un gasoducto que conectaron el país con el puerto turco de Ceyhan a través de la vecina Georgia.
En el año 2003, tras la muerte de Heydar Aliyev, se escogió como nuevo presidente a su hijo, Ilham Aliyev. Su elección fue considerada fraudulenta por parte de la oposición. Cuando cinco años después, en 2008, fue reelegido, venciendo en todas y cada una de las provincias del país, las críticas llegaron también de los observadores internacionales.
Entre sus primeras decisiones tras su segunda victoria consta la eliminación del número máximo de mandatos que podía ocupar un presidente (anteriormente fijado en dos), y dos años después la ley que limitaría la libertad de prensa en el país. A partir de este momento, Azerbaiyán se considera como un país autoritario en las medidas de Índice de la democracia (135 de 167 países), y que en toda Europa tan sólo está por encima de Rusia y Bielorrusia.
En un contexto de represión política y mejora económica se produce su debut en Eurovisión. En pocos casos se produce un mimetismo tan claro entre la situación interna del país y sus resultados en el Festival, que de nuevo se muestra como un termómetro de la situación de muchos países. El debut se produjo con el ángel y el demonio de Elnur & Samir, ocupando un octavo puesto en la final, meritorio teniendo en cuenta que era el primer año en el que el país tanteaba el terreno de un festival desconocido para ellos hasta ese momento.
Azerbaijan 2008: Elnur & Samir - Day After Day
Mientras la economía se desarrollaba de 2008 a 2013, el país también conseguía sus mejores resultados en Eurovisión, ocupando de forma consecutiva un puesto en el top 10 durante estos seis años. Fueron años de grandes éxitos, con la medalla de bronce de Aysel & Arash en tan sólo el segundo intento, y la victoria de Ell & Nikki en 2011, que además es el único dúo masculino y femenino que ha vencido en la historia del Festival.
Azerbaijan 2011: Ell & Nikki - Running Scared
Eran años de bonanza económica, y el país no escatimó en recursos para ser la sede del Festival de 2012. Por un decreto del presidente Ilham Aliyev, se inició la construcción de un recinto que pudiera acoger grandes eventos. De esta forma surgió el Baku Crystal Hall, un palacio con capacidad para 27.000 espectadores, que se construyó en tiempo récord específicamente para albergar el Festival de Eurovisión.
No podemos evitar recordar a la gran Linda Woodruff explicando que en Azerjaban… Azerbajn… en Bakú, crash boom bang, se construía un gran palacio de ceremonias, que hopefully podría albergar la final de Eurovisión.
Melodiefestival 2012: Linda Woodruff, spokesperson for the EBU
Como sabemos, se cumplieron los plazos y se inauguró el 7 de mayo de 2012, y tan sólo quince días después celebró su primer acto: la primera semifinal de Eurovisión, con el vencedor del año anterior, Eldar Qasimov, actuando como maestro de ceremonias junto a la cantante y actriz Leyla Aliyeva. Y por primera vez desde su debut en 2006, Armenia no participó en el Festival, a pesar de haberse inscrito previamente.
La vencedora de esta edición fue Loreen con uno de los mayores éxitos del Festival en sus tiempos modernos que ya ha pasado a convertirse en un clásico: Euphoria. Por su parte, la representante azerí, Sabina Babayeva, ocupó la cuarta posición con su delicada a la vez que poderosa balada When the Music Dies.
Azerbaiyán 2012: Sabina Babayeva - When the Music Dies
Dos años después de su victoria, el país estuvo a punto de reeditar su victoria con una de las puestas en escena más icónicas que se recuerdan en Eurovisión, la de Farid Mammadov y su canción Hold Me, que ganó su semifinal y quedó segunda en la gran final de Malmö 2013.
Azerbaiyán 2013: Farid Mammadov - Hold Me
A partir de 2014, la economía del país dejó de ser la de mayor crecimiento de la región, para estancarse e incluso decaer durante algunos años. Azerbaiyán, además, tiene una parte de su territorio ocupada por su vecina Armenia, lo que da lugar también a una situación interior muy inestable.
En este paralelismo de Eurovisión, sus resultados en el Festival fueron empeorando desde 2014 a 2018, que fue su primer año sin clasificarse. Durante este lapso, se produjo un nuevo conflicto con la vecina Armenia, en el 2016, y un único top ten en la final, en el año 2019, con Chingiz y su Verdad.
Azerbaiyán 2019: Chingiz - Truth
Pero a partir de 2020, la situación ya fue especialmente mala para el país. Se llevó a cabo una gran ofensiva militar, que recuperó todo el territorio azerí controlado por el ejército de Armenia, mientras fuerzas de paz provenientes de Rusia se asentaron en Artsakh, que a pesar de todo se siguió autodefiniendo como un estado independiente, unido a Armenia por el corredor de Lachín. Tras esta ofensiva, Armenia se retiró de Eurovisión 2021 por segunda vez desde su primera participación, aduciendo que la situación interna del país era demasiado difícil para preparar una candidatura con garantías.
En 2023 el ejército azerí consolidó la recuperación de todo su territorio. El 19 de setiembre cerró el corredor de Lachín dejando a Artsakh aislado del mundo exterior, lo que llevó a falta de alimentos, suministros y medicinas. Además, se destruyeron numerosas infraestructuras civiles. Finalmente, el día 28 del mismo mes el presidente de la república separatista declaró que todas sus instituciones dejarían de existir el día 1 de enero de 2024, lo que significaría su renuncia a la independencia o la unión con la vecina Armenia.
Por mucho que desde Azerbaiyán se defendiera que en Nagorno-Karabaj no hubo actos de violencia, un dato desmiente esta afirmación: un 99% de los habitantes armenios, unas 100.000 personas, huyeron del territorio hacia otros países. Ello ha sido calificado como limpieza étnica y genocidio por parte de numerosas instituciones internacionales.
Ante estas cifras, el resultado en Eurovisión aparece un tanto frívolo, pero de nuevo refleja la relación de los dos países. En 17 años, Azerbaiyán nunca ha votado a Armenia; mientras que Armenia sí ha votado a Azerbaiyán en dos ocasiones: en la semifinal de 2008 con 2 puntos al debut azerí, y en 2009 con 1 sonado punto en la final para el dúo Aysel & Arash.
De nuevo, Eurovisión fue un espejo de esta convulsa situación: en 2021 y 2022 se obtuvieron unos resultados discretos, y en 2023 y 2024 el país no se clasificó para la final del evento durante dos años seguidos.
Para cerrar la analogía casi mimética de la historia reciente del país con sus resultados en Eurovisión, nos queda observar a sus representantes en 2024. Tal vez Eurovisión haya sido una ventana al mundo para los cantantes del país, pero no lo ha sido para su música. En 17 participaciones desde 2008 (incluyendo el año 2020), hemos tenido que esperar hasta el año 2024 para escuchar el idioma azerí en Eurovisión, tan sólo cantando dos frases: Ven y llévalo contigo, El cielo es estrecho sin ti, representando un tipo de música de su folklore conocido como mugham, con melodías, ritmos y técnicas de origen popular, y basado en la interpretación.
Gəl özünlə apar Sənsiz göy mənə dar
Esta apuesta coincide con el fomento y promoción de toda la cultura «propia» del país que se llevó a cabo desde 2024, tras conseguir de nuevo el control sobre Nagorno-Karabaj. De hecho, ambos cantantes se presentaron por separado a la elección interna de Ictimai, pero la emisora finalmente decidió que actuaran conjuntamente, ya que consideraron que la canción representaba una mezcla del pop moderno y el folklore azerí. Esta fusión no convenció al público europeo, que tan sólo concedió once puntos a los intérpretes de Özünlə apar.
Azerbaiyán 2024: Fahree feat. Ilkin Dovlatov - Özünlə Apar
No podemos acabar con mucho optimismo sobre la situación del país. En el inicio de la entrada hemos afirmado que la historia de Azerbaiyán se ha definido tradicionalmente por la de sus conquistadores. Pero esta actitud represiva parece ser también la que el actual estado lleva a cabo respecto a sus propios ciudadanos: por ser de etnia armenia, sobre la población LGTBIQ+, o por defender las ideas de libertad de prensa y de expresión.
Nos despedimos con la canción de Nadir Rustamli en 2022, en la que nos cuenta que vivimos en la memoria, y el presente es el precio que pagamos… hasta que desaparecemos.
We’re livin’ in a memory, the present is the price I pay Fade to black, we fade to black