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Halloween Eurovisivo: Eurohistorias para no dormir

La historia del festival está llena de canciones optimistas, intérpretes sonrientes y coloridos decorados. Sin embargo, esta noche de Halloween damos un repaso a las historias oscuras de muchos de ellos, la crónica negra que debes conocer para entrar en el espíritu de esta noche de las ánimas
Iván Iñarra · Fuente: eurovision-spain.com
Publicado el día 31 de octubre de 2019
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Monica Zetterlund (Agencias )

Halloween Eurovisivo: Eurohistorias para no dormir

Aunque las cinco historias que aquí se describen podrían ser cortos relatos de terror, están contados desde el más profundo respecto a las víctimas.

ÉRASE UNA VEZ EN ESTOCOLMO

Tiene por protagonista a la elegantísima actriz y cantante sueca Monica Zetterlund que representó a su país en el mítico Eurovisión de 1963 con la canción En gång i Stockholm. La vida de la 'Z,' como la llamaba la prensa sueca en sus años de mayor popularidad, inspiró una película biográfica de tintes dramáticos.


Trailer de Monica Z

De pequeña se cayó de un columpio y su espalda se lastimó de tal manera que tuvo que pasar pegada a una tabla de yeso y con un corsé terapéutico gran parte de su adolescencia. Su personalidad quedó marcada, siendo su trato con las personas sumamente directo y sin ambages, lo que le provocó antipatías en algunos compañeros de profesión. Los dolores de espalda marcaron la vida profesional de Monica a la que ya adulta se le diagnosticó una doble escoliosis que hacía aumentar los dolores con el paso de los años. Tomaba analgésicos muy potentes, pero también se daba al alcohol y sobre todo al tabaco. Era una gran fumadora.

Monica Zetterlund fumando
El jazz era su estilo favorito y en el que logró grandes éxitos. Incluso colaboró con grandes como Louis Armstrong, Bill Evans o Quincy Jones. Su vida sentimental fue tormentosa con tres matrimonios fallidos y numerosas parejas, siempre todas del mundo de la música. También en el del cine dejó huella, logrando el premio sueco a Mejor Secundaria en la película Los Emigrantes, un éxito nacional que obtuvo cuatro nominaciones en los Oscars del 72, incluyendo Mejor Película. Su carrera perduró hasta comienzos de siglo. Sus dolores le impedían realizar actuaciones y se decidió aislar en su apartamento del centro de Estocolmo.

Allí se encontraba el fatídico día de mayo que sucedió todo. El compañero sentimental de la artista, Magnus Roger, no estaba en casa ya que había sufrido una caida el día anterior que requería hospitalización. Postrada en la cama, su amiga Doris acudió a visitarla aquella fría tarde primaveral del 12 de mayo de 2005. Se despidió de ella a las cinco de la tarde. A las 17:46, los servicios de emergencia de la capital sueca reciben una llamada de una señora aturdida que, entre sollozos, decía que no se podía mover, pero contaba que en su habitación había mucho humo, y no sabía de donde provenía. “No quiero morir de esta manera” fue lo último que quedó registrado en la grabación de emergencia.

Bomberos apagando fuego en casa de Monica Zetterlund
La comunicación se perdió. Los bomberos llegaron rápido y declararon extinguido el fuego a las 18:17. La habitación de Mónica estaba cerrada y eso hizo que no se extendiese a otras estancias, pero también la convirtió en un horno. Una vez dentro encontraron sobre los restos de la cama un cuerpo calcinado. Casi no se podía reconocer. Tuvieron que ser las pruebas de ADN las que confirmaron que se trataba de la única, bella e irrepetible Monica Z. La investigación determinó que un cigarrillo encendido había caído sobre las sábanas, extendiendo el fuego por la alfombra y finalmente por todo el cuarto.

SURVIVOR

Seguimos en Suecia, pero viajamos a 1998. Un 29 de octubre en Gotemburgo, una asociación de jóvenes de origen macedonio alquiló un local para organizar una fiesta de Halloween y reunir a otros de minorías étnicas de la ciudad, sobre todo balcánicos, griegos y chipriotas. La convocatoria fue un éxito, pues habían previsto unos 150 asistentes, pero se encontraron con 375 jóvenes entre 12 y 25 años que tenían ganas de pasar una velada genial rodeados de amigos con orígenes e historias de inmigración parecidos. Los dueños del recinto les dejaron un espacio en el segundo piso, a unos 5 metros de altura. También montaron un catering con mesas, junto al espacio de la salida de emergencia, que estaba bloqueada. Solo quedaba libre la escalera de acceso.

A las 23:40 unos asistentes observan que hay fuego al otro lado de la puerta principal de ese piso, llaman a emergencias, pero el humo enseguida entra en la fiesta. El caos es inevitable. Con la salida de emergencia totalmente inaccesible, los jóvenes comienzan a saltar por las ventanas. A las 23:49 llegan los primeros bomberos a la escena y, con sus escaleras, logran rescatar a 60 asistentes. Un total de 213 se hirieron saltando por las ventanas, con 50 provocándose heridas de gravedad por la altura, mientras que otros 35 estaban fumando en la calle o pudieron saltar sin resultar heridos. Desafortunadamente, 63 jóvenes fallecieron en el incendio.

Incendio en Goteborg en 1998
Mientras tanto, en su habitación, una joven de 16 años refunfuñaba enfadada porque sus padres no la habían dejado ir a aquella fiesta a la que iba su pandilla de amigos. Ella había tenido episodios asmáticos severos y para sus padres, que acudiera a una sala donde se fumaría, implicaba un riesgo. Aquella decisión hizo que Helena Paparizou salvase su vida, pero 13 de sus amigos perdieron la suya en el incendio que provocaron tres chavales de origen iraní a los cuales no habían dejado entrar en la fiesta y que, como represalia, prendieron un fuego con el propósito de fastidiarles la fiesta. El juicio mediático duro años.


Melodifestivalen 2014: Helena Paparizou – Survivor

TRAUMA

El grupo BucksFizz, flamantes ganadores en 1981, había logrado tres números uno en apenas dos años, y su gira del 84 por Reino Unido era un éxito. También lo fue aquel concierto en Newcastle el 11 de diciembre. Toda la troupé volvía en autobús aquella noche cuando unas obras mal señalizadas impidieron ver que se iban a estampar contra un camión que estaba parado. El accidente marcaría sus vidas y el devenir del grupo.  

Estado en el que quedó el autobús de BucksFizz
De los cuatro miembros, todos, menos la ficha verde, Bobby Gee, padecieron graves consecuencias físicas: Jay Aston -ficha amarilla- sufrió una contusión cerebral que se tradujó en migrañas crónicas, Cheryl Bakker -ficha roja- se rompió tres vértebras, y quien se llevó la peor parte fue Mike Nolan -ficha azul- ya que salió disparado contra el cristal frontal del autobús y el impacto le hizo entrar en coma. Trasladado al hospital, cuando el equipo médico intentaba quitarle un coágulo, literalmente se les fue. Tuvieron que reanimarle con desfribilador. Recuperó el pulso, pero siguió en coma otros tres días en estado crítico. La prensa británica sacaba en portada el parte médico todos aquellos días. De forma inesperada, la tarde del 15 de diciembre abrió los ojos y dijo: “estoy bien”, para alegría de los suyos.

Sin embargo, sus secuelas le han provocado epilepsia, pérdida de memoria a corto plazo y pérdida de visión en ambos ojos del 50%. Afortunadamente todos sobrevivieron, pero el grupo original, no. Cheryl y Nolan crearon la fundación HeadFirst, pionera en atención a las víctimas de accidentes de tráfico. Tras idas y venidas, a día de hoy, Cheryl, Nolan y Jay forman el grupo The Fizz, ya que legalmente el nombre lo tiene Bobby G que sigue actuando bajo el nombre de BucksFizz y no quiere saber nada de sus excompañeros. El último 'hit' de los primeros se llama Amen y de esta guisa lo presentaron en el programa de la tele británica Lorraine


The Fizz – Amen

CRUCERO TRÁGICO

A Anneke hacía años que no le sonreía su carrera artística. Justine había dejado de lado su nombre artístico y volvía a ser Anneke. Aunque seguía conectada al mundo de la música con algún papel en comedias musicales, su trabajo como gerente de una empresa de telefonía le garantizaba un salario fijo. No obstante, tenía otras dedicaciones, y una de ellas era utilizar su antigua popularidad como embajadora de una empresa organizadora de cruceros en Países Bajos. Durante una promoción vio una oferta irresistible: “Una semana de crucero por el Mediterráneo en camarote para dos todo incluido por 1.100€”.

Convenció a su ligue, Ronald, para irse los dos. Pero a Ronald no le gustaba nada el agua. En la cabeza de Anneke estaba un nuevo tema que quería editar tras siete años. La última vez que había sonado algo fue por presentarse a la preselección neerlandesa del año 2005 clasificándose en la última posición de su semifinal. En aquel lujoso crucero pensó que podría grabarse alguna toma para usarlo en el videoclip de su nuevo proyecto Op zoek naar geluk (En busca de la felicidad)

Anneke recuerda llegar a bordo y ser recibida por la tripulación junto al resto del pasaje. Cuando le iban contando las bondades del barco, sus restaurantes, spas, piscinas, saunas, jacuzzis, ella preguntó al capitán directamente: “¿Pero hay karaoke o no?”. El Capitán Schettino respondió con su seductora sonrisa que por supuesto que había. A bordo, Anneke recordó sus días de gloria cuando representó a su país en Eurovisión, el ir de plató en plató, de hotel en hotel, y tener que cambiarse en las limusinas entre evento y evento. Sin embargo, la noche del 13 de enero, en su cuarto día de trayecto, al pasar junto al pequeño archipiélago de Giglio, el barco golpea unas rocas. El boquete de agua es grande. Anneke y Ronald acababan de volver al camarote tras cenar y les sorprende el ruido metálico, pero todavía más la inclinación que toma el barco. Ambos se dan cuenta que tienen que salir a cubierta en busca de un bote salvavidas. En la inmensidad de la noche divisan unas luces, parece que hay cerca un pequeño puerto. Mientras esperan con el chaleco puesto junto a cientos de pasajeros, el sonido del metal contra metal es insoportable, algo que a Justine se le quedará grabado para siempre. Ronald la empuja al bote, que cae a tiempo al agua. Están con otros 150 acompañantes.

Los botes salvavidas donde iba Justine
El bote está abarrotado. Como un latigazo, cae al agua. Hay gritos, lloros, gente que reza en voz alta, caras de pánico, señoras vestidas de gala y jóvenes ebrios. Todos acaban abrazados con todos. Ronald mira por la ventana y ve una escena dantesca: gente saltando desde el Costa Concordia al agua para llegar nadando a la isla, agarrándose a cualquier cosa que flote. “Mira, mira”, le dice a Anneke. Ella se cubre la cabeza: “No, no puedo, no puedo soportarlo”. El bote llega a una zona rocosa del islote: ya pueden salir. Agotados emocionalmente, muertos de frío, observan donde están. “Es una isla”, dice alguien. Hace mucho viento. El barco se vuelca sobre un costado. El mar está lleno de gente. 32 personas murieron aquella noche. Ella es una de las 4.000 supervivientes.

Cuando por fin se sienta junto a Ronald, llorando, canta el Hallelujah de Leonard Cohen en señal de gratitud. La escuchan sus compañeros de viaje, gente de toda Europa. Anneke, entonces, volvió a ser Justine Pelmelay por un instante. Al volver a su país los medios la vuelven a llamar. Incluso le ofrecen un contrato, pero no es para cantar: es para tirarse de un trampolín. Justine Pelmelay será una de las primeras participantes en Mira Quién Salta


Justine Pelmelay en Mira Quién Salta

EL ATAÚD ARAÑADO

Carlos Paião era un artista de Coimbra que, inicialmente, había estudiado medicina, pero que prefirió ser un buen cantante a un mal médico. Comenzó componiendo canciones en festivales como el de Ilhavo que aunaba profesionales y amateurs. Presentó varias canciones al Festival da Cançao y, en 1981, logró el billete a Dublín con la irónica Playback. Su inteligencia era apabullante. Durante los años posteriores compuso para Amalia Rodrigues, Cándida Branca Flor, Pedro Couceiro y otros grandes de la música popular lusa. En 1986 compondría la canción oficial de la selección masculina de fútbol para los Mundiales de México. Todas sus canciones transmiten una alegría contagiosa. 


Festival da Cançao 1981: Carlos Paião – Playback

Desgraciadamente, todo se quebró una tarde de agosto de 1988. Como todos los veranos, los emigrados volvían a sus casas y las fiestas de los municipios eran diarias, contratando a grandes artistas para tocar y dar envidia al pueblo vecino. Carlos iba camino de Leiria para uno de los conciertos de aquel verano, acompañado de su técnico de sonido y otro amigo. El viaje era largo y hacía mucho calor. Tras cruzar un puente con su coche, una manguera gruesa cruza la via debido a unas obras cercanas. Un camión pesado reduce su velocidad para pasar encima de la manguera, otro camión que le precedía no entiende la maniobra, y le adelanta sin prever que podría haber coches en dirección opuesta. El pequeño coche de Paião es engullido por el camión. El cantante tenía 30 años. Su técnico de sonido también fallece. Todo Portugal lamentó su brutal muerte y su funeral, realizado casi al día siguiente, fue muy seguido. 

Funeral
Semanas más tarde, su viuda recuerda que en la ropa que su esposo llevaba puesta el día del accidente tenía un documento importante que necesitaba recuperar y se le olvidó recoger con las prisas del funeral. Se pidieron los permisos para exhumar su cuerpo, pero al abrir la caja, se descubrió que su cuerpo estaba en una posición extraña, algo que se puede explicar por movimientos espasmódicos de los músculos tras la muerte. Sin necesidad de redes sociales, el rumor recorrió el país de norte a sur: según los operarios, lo que fue estremecedoramente espeluznante fue cuando pusieron a un lado la tapa del ataúd y vieron que en su lado interno, esta tenía restos de uñas y arañazos.  La leyenda urbana sobre la posibilidad de que Carlos Paião fuese enterrado vivo es una de las más populares en la historia de Portugal.

Conversación

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31/10/2019

Me han impactado todas las historias, sobre todo la de Carlos Paião

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02/11/2019

Carlos y Helena espeluznante aunque por mi zona en cada pueblo hay el típico muerto que al recoger sus cenizas esta en posicion rara y la tapa llena de arañazos ¿Leyenda Urbana?

4
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01/11/2019

Madre mía lo del portugués, que espanto, es que no puedo ni imaginarlo...

3
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31/10/2019

Sinceramente quienes se llevaron la peor parte han sido Monica Z y Carlos Paião

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31/10/2019

Pues me ha impactado bastante la historia de Carlos Paião y la de Helena Paparizou