El coronavirus, según cifras oficiales, deja más de 45 millones de contagiados y casi 1,2 millones de fallecidos en todo el mundo. La pandemia también ha afectado a numerosas estrellas eurovisivas que a lo largo del año han compartido en redes sociales su situación aunque, afortunadamente, sin lamentar ningún desenlace fatal.

Una de las historias que más nos ha llamado la atención es la de Haris Anastasiou (Anastazio), representante de Chipre en Eurovisión 1990, donde alcanzó la decimocuarta posición con la divertida Milas poli, una actuación recordada por su soniquete al más puro estilo Stock, Aitken & Waterman, su frenética coreografía y su efusivo director de orquesta. El artista fue una de las primeras personas en contagiarse en la isla en el mes de marzo y, seis meses después, sigue ingresado en el hospital con graves secuelas de movilidad. Durante este tiempo, llegó a estar 21 días en coma.

Su caso se hizo público gracias a otra abanderada chipriota en el festival, Elena Patroklou, para la que Anastazio compuso un año después de su experiencia la balada S.O.S. que subió al puesto 9. A través de su cuenta de Instagram, reveló el estado de su compañero y le mandó ánimos, tratando de concienciar además a sus seguidores sobre las consencuencias de la enfermedad. Este es precisamente el motivo por el que Haris ha concedido al digital Down Town su primera entrevista en 21 años. 

“Solo si sufres el Coronavirus puedes llegar a entenderlo y espero que nadie tenga que pasar por esto”, afirma el cantante, quien solo tiene palabras de agradecimiento para los médicos y enfermeros por su atención, esfuerzo y su exhaustivo trabajo. “Le pido a la gente que tenga cuidado y utilice la mascarilla, entiendo perfectamente a los jóvenes, pero el virus es como un arma invisible, un chaval puede ser asintomático y contagiar a sus abuelos o padres, yo soy el ejemplo de alguien que ha estado a punto de morir”, reconoce.

A lo largo de la entrevista, confiesa que sus dos décadas de silencio se deben a que “no tenía nada de que hablar, ahora lo hago simplemente para concienciar”. Refugiado en su ingreso en la música, escribiendo y componiendo canciones, ahora solo desea volver a casa, abrazar a su perra Lara y disculparse con ella por su larga ausencia. A pesar de que su carrera discográfica terminó a finales de los años 90, ha tenido una gran trayectoria profesional en los espectáculos del circuito hotelero y turístico de la isla, donde también regentó una famosísima escuela de baile. Su mayor éxito, no obstante, considera que es “seguir vivo” después de haber superado en los últimos años un cáncer y una neumonía, además de la pérdida de su esposa en 2014. 

Anastazio también tiene palabras de recuerdo para Eurovisión. “El festival fue la mayor oportunidad de mi vida y le estaré eternamente agradecido”, asegura. “Durante muchos años fui 'el cantante de Eurovisión' y eso me ha dado buenos trabajos y reconocimiento en muchos países como Austria o Reino Unido”.