La gran final de Eurovisión 2019 atrajo un 36,7% de cuota y las tres galas de Tel Aviv fueron vistas al menos un minuto por 186 millones de personas, un resultado fantástico que, sin embargo, esconde las cifras país a país. Eurovision-Spain, como cada año, recopila las audiencias del festival de cada una de sus televisiones, labor que en esta ocasión y a diferencia de ediciones anteriores se ha complicado ya que muchos canales no han hechos público sus datos como Lituania, Moldavia o Serbia. A continuación, no están todos los que son, pero son todos los que están. 

EL BIG 5 APORTA EL 55,9% DE LA AUDIENCIA CONOCIDA

Uno de los grandes debates eurovisivos es la existencia del Big 5, formado por España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, países que tienen garatizada la clasificación para la gran final. Uno de los motivos que pueden justificar su permanencia es, precisamente, la audiencia.

TVE, la NDR, France 2, la Rai y la BBC aportan 28.748.000 espectadores a Eurovisión 2019, lo que supone nada más y nada menos que el 55,9% de la audiencia total conocida. El porcentaje no debería estar muy lejos del real pues se conocen los datos de todos los participantes con más de 10 millones de habitantes.

El Big 5, por lo demás, ha vivido un buen año en términos de audiencia, si bien es cierto que lejos de grandes titulares. Alemania vuelve a ser por noveno año consecutivo el país que más audiencia suma con 8.080.000 espectadores, 130.000 menos que la pasada edición, y un 34,3% de share, 1,3 puntos más. Le sigue Reino Unido que repite con 6.900.000 personas y un 41,7% de cuota, nuevamente, líder de su franja de emisión.

España protagoniza una de las grandes caídas de audiencia de Eurovisión 2019, después del fenómeno social de Amaia y Alfred y OT 2017, si bien Miki ha firmado un gran registro en la que ha sido la cuarta edición más vista en lo que va de década, por detrás también de Pastora Soler y Edurne. Concretamente han sido 5.449.000 los espectadores pendientes del festival de Tel Aviv, lo que significa un 36,7% de share, 1.721.000 seguidores y 6,8 puntos menos que en Lisboa. 

Francia también pierde audiencia y se queda en 4.780.000 personas, 370.000 telespectadores menos, pero gana cuota hasta el 30,2%, 1,7 puntos más, en la que también es su cuarta edición más seguida desde 2011. Italia, finalmente, sigue siendo el Big 5 con audiencias más discretas, pero marca su segundo pico de la década con 3.539.000 espectadores y un 19,7% de share, 135.000 televidentes y 1,1 puntos más.

EUROPA DEL NORTE, EL MOTOR DEL SHARE EUROVISIVO 

Escandinavia e Islandia vuelven a ser, un año más, el motor de Eurovisión en cuanto a share. La isla solo aporta 171.000 espectadores al cómputo global, pero el festival revienta los audímetros en el país con un estratosférico 98,4% de cuota, lo que significa que casi todos los islandeses que veían la televisión, veían Eurovisión.  

El trío escandinavo formado por Suecia, Noruega y Dinamarca pierde audiencia levemente, pero mantiene sus fantásticos datos. La SVT suma 2.556.000 personas (-17.000), la NRK 1.247.000 y un 81% (-123.000 y -3.0) y la DR 1.095.000 (-36.000). Cabe destacar, no obstante, que Suecia ha marcado la “peor” audiencia desde que Anna Bergendahl cayera en las semifinales de Oslo 2010.

EL PAÍS GANADOR Y EL ANFITRIÓN

4.409.000 neerlandeses siguieron en directo el triunfo de su representante Duncan Laurence, 1.388.000 más que el año pasado, en la tercera edición más vista de la década, por detrás de The Common Linnets en 2014 y Anouk en 2013, hecho que tiene su justificación en la mayor duración de la gala. El share, por su parte, aumentó 15,7 puntos hasta un tremendo 74,5%.

Israel, por su parte, firmó un buen registro como organizador, aunque lejos de los audímetros occidentales. Exactamente fueron 1.300.000 espectadores los que vieron el festival de Tel Aviv, 240.000 más. El share también se incrementó levemente del 35,0% al 37,8%.

LA CARA…

En cuanto a los demás participantes, buenas y malas noticias, aunque conviene recordar que en uno u otro sentido cada país tiene un consumo televisivo diferente en el que no solo interviene la fragmentación de su mercado sino las diferencias culturales y étnicas dentro de cada estado y su propia tradición eurovisiva. Por poner un ejemplo claro, Ucrania es un país relativamente nuevo en Eurovisión, con más de 42 millones de habitantes, de los cuales más de ocho millones son rusos, y con casi 30 canales de televisión que no superan el 11% de share. Por lo tanto, sus audiencias son difícilmente extrapolables a las españolas. 

Grecia y Chipre siguen cosechando excelentes datos. 1.863.000 griegos (+9.000) siguieron la final más vista desde 2015, mientras que 180.000 chipriotas (-66.000) hicieron lo propio en la isla mediterránea. La ERT tuvo un 50,4% de share (+2,5) y la CyBC un 69,3% (-8,1).

Suiza no solo consiguió su mejor resultado en el festival en 26 ediciones sino que alcanzó su mejor resultado de audiencia de la década con 660.000 televidentes y un 49,2% de cuota, prácticamente el doble que la pasada temporada (+326.000, +26,1). Eslovenia también obtuvo las mejores cifras del lustro, 276.000 y 47,0%. La vecina Austria, en cambio, se quedó en semifinales por primera vez desde 2012 y, por consiguiente, la audiencia fue la peor desde entonces, 627.000 espectadores y un 41% de share (-269.000, +4,0) que reflejan la salud del certamen en el país alpino. Bélgica tampoco pisó la final por segundo año consecutivo pero sumó 960.000 personas (-47.000) entre Flandes, donde se marcó un 46,8%, y Valonia, 25,1%.

Finalmente, Eurovisión revive en Rusia tras la retirada en 2017 y su primer tropiezo en semifinales en 2018. El festival de Tel Aviv marcó 3.200.000 espectadores y un 28,2% de share (+1.700.000, +16,6). A pesar de la subida, el certamen después de tantas polémicas se queda lejos de la marca del propio Sergey Lazarev en 2016, 5.500.000 y 37,0%.

…Y LA CRUZ

La vecina Portugal, un año después de Lisboa 2018, volvió a caer en el pozo de las semifinales en el que también se hundió la audiencia hasta los 554.000 espectadores (-993.000) y el 14,4% de share (20,5). Mayor es el batacazo en Irlanda que cae hasta los 285.000 y el 28,0% dejándose por el camino casi la mitad de televidentes y cuota (-405.000, -24,0%). Croacia, también fuera de la final, se queda en 281.000 personas y un 7,2% de rating.

Las dos eliminaciones consecutivas de Polonia también han hecho mella en los audímetros del país, uno de los mercados televisivos más importantes, donde el festival vuelve a bajar hasta el 1.151.000 espectadores (-367.000) y el 12,6% de share (-3,0). Peor, incluso, le ha ido ha Hungría, cuya caída en la semifinal por primera vez en la década ha terminado por hundir al peor registro histórico las ya de por sí bajísimas audiencias que el certamen venía cosechando en el país hasta los 145.000 y el 5,8% (-259.000). Las dos clasificaciones seguidas de Chequia consiguen elevar el interés en la república hasta el segundo mejor dato del lustro que, no obstante, sigue siendo bastante discreto con tan solo 285.000 personas (+32.000). 

La eliminación de Finlandia en la semifinal, unido al poco interés que ya de por sí había despertado la elección interna de su representante, hizo perder casi la mitad de espectadores de un año a otro hasta los 538.000 (-438.000). Estonia, a pesar de repetir en la gran gala del sábado noche, no pasó de unos discretos 201.000 telespectadores con un 16,7% de cuota (-56.000). Al sur en Letonia mejoraron el peor dato de la historia de la pasada edición, aunque no se superaron los 115.000 televidentes y el 6,1% de rating, en el que no obstante es el programa más visto de todo el mes de mayo en la LTV.

La expectación con la candidatura australiana no se tradujo en una mejoría en los audímetros, sino todo lo contrario, vuelven a caer hasta las 412.000 personas (-110.000) en la suma de la emisión en directo en la madrugada del sábado al domingo y en la redifusión del domingo en prime-time. En cualquier caso, hay que destacar que el festival en el país se emite en la subdivisión de la televisión pública SBS, enfocada a las minorías étnicas e indígenas del país, cuya cuota media se sitúa alrededor del 4%. 

Finalmente, Rumanía se vuelve a situar en el vagón de cola con una catastrófica audiencia de 147.000 espectadores y un 3,3% de share (-11.000, =). Eurovisión 2019 no solo ha sido la edición menos vista de la historia en el país, sino que se ha situado en la octava posición de su franja de emisión, lo que en España equivaldría al ranking habitual de las digitales Factoría de Ficción o Neox.