Islandia ha dado el pistoletazo de salida para Eurovisión 2019. La televisión pública del país nórdico ya ha abierto la convocatoria para su tradicional festival Söngvakeppnin. Los aspirantes tendrán tiempo para enviar sus propuestas hasta el próximo 22 de octubre. Será a mediados de enero cuando un jurado especializado, que este año contará con el apoyo de la Asociación de Compositores y Autores del país, seleccionará los 10 temas que formarán parte de la competición. Esto supone una novedad, teniendo en cuenta que a lo largo de los últimos años han sido 12 los participantes de esta preselección. 

En cuanto al mecanismo, la RÚV ha optado por repetir la misma formula que en 2017 con dos semifinales y la gran final. El auditorio Háskólabíó acogerá ambas eliminatorias los días 9 y 16 de febrero, respectivamente, mientras que la final se celebrará en el Palacio de los Deportes Laugardalshöll el sábado 2 de marzo. Cada semifinal contará con cinco canciones participantes, de las cuales dos llegarán a la final. Por lo tanto, serán cuatro los temas finalistas que competirán por el billete a Tel Aviv. Eso sí, existe la posibilidad de que la dirección pueda clasificar una quinta candidatura, si se considera necesario.

Mientras que las votaciones de las dos semifinales estarán en manos del televoto, la gran final combinará el voto del jurado y del público al 50%, de donde saldrán dos canciones que competirán en la súper final. Será entonces cuando el la audiencia vuelva a tener todo el poder a la hora de elegir al representante islandés para Eurovisión 2019. A todo esto cabe añadir que la RÚV ha avanzado que las novedades y sorpresas que se introducirán este año en las tres galas aportarán más emoción a la competición. De este modo, se pretende animar a los artistas y compositores islandeses a continuar con el legado histórico del país en el certamen. 

Desde el año 2016, la RÚV ha invitado a uno o más artistas eurovisivos internacionales a su final nacional, una tradición que se pretende continuar en la próxima edición. A pesar de la polémica surgida a raíz de la victoria de Netta en Lisboa, la televisión pública islandesa ha querido dejar a un lado la política para volver a participar un año más en el festival. Sea como sea, el objetivo del país nórdico este año es superar las semifinales, algo que no consigue desde 2014.