Reportajes

Euroflashback 1983: Cuando la barca se fue a la deriva

Luxemburgo conseguía su quinta y última victoria gracias a Corinne Hermès, Suecia nos presentaba a la adolescente y posterior diva Carola y España naufragaba en Eurovisión con un cero histórico. “No hay que acudir con moral de victoria a batallas intrascendentes, pero una vez que se acepta bajar a la arena hay que disponer de los medios suficientes como para que el ridículo no sea el resultado final. Ni lo merecía Remedios Amaya, ni lo merece la música española”, palabras publicadas en la prensa de la época que continúan vigentes hoy en día, 34 años después
Igor Santamaría · Fuente: eurovision-spain.com
Publicado el día 10 de junio de 2017
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Euroflashback 1983 (eurovision-spain.com
Diseño: Manuel Rivero)

Euroflashback 1983: Cuando la barca se fue a la deriva

Solo diez días después cientos de miles de vizcainos se recostaron en ambas márgenes de la ría para celebrar el primero de los dos títulos de Liga que conquistó el Athletic de Javier Clemente, y bien pudieron escucharse, no sin sorna, cánticos sobre quién manejaba aquella barca llamada gabarra donde los jugadores eran jaleados. Desde luego tenía mejor rumbo que aquélla que fue cantada el 23 de abril de 1983 por Remedios Amaya en Múnich, en la entonces Alemania Occidental, donde la flamenca de raza gitana firmó un rosco que hizo historia.

Corinne Hermès, una francesa en representación de Luxemburgo, se proclamó ganadora con Si la vie est cadeau, en una edición que también se recuerda por implantar los micrófonos inalámbricos, un recinto que superó la barrera de las 10.000 personas y, desde luego, por el carrusel de errores de su presentadora, Marlene Charell, una bailarina que triunfó en los cabarets de París en los 60 y 70 y, quien al margen de ejercer de maestra de ceremonias en francés, inglés y alemán demorando la gala por primera vez en más de tres horas, derrochó quilates de nerviosismo encadenando hasta 13 dislates con los artistas y durante las votaciones.

Para colmo, no hubo postales a modo de alfombra roja de las candidaturas, ya que no pudieron estar listas a tiempo. Todo un despropósito del que se salvó el tercer puesto de una sueca, Carola, que con Främling arrancó su carrera de diva eurovisiva en la que es, de hecho, su mejor actuación.


Luxemburgo: Corinne Hermès – Si la vie est cadeau

“Se lo debo todo a Eurovisión, a mí no me conocía nadie y gracias al festival me di a conocer en el mundo entero, le estoy muy agradecida”. Así de sincera se ha mostrado siempre Remedios Amaya al evocar aquellos tres minutos de pies descalzos porque sus zapatos no cuadraban con el vestido del videoclip, ese de rayas blanco y azul, que se vio obligada a sacar a última hora puesto que el que pretendía llevar no convencía misteriosamente a la organización, una pieza de gasa color malva con flores de pedrería y tres capas de volantes que dejaría al descubierto su brazo izquierdo. “Alguien la tenía tomada conmigo. Me dijo que no pegaba con la decoración del escenario”, lamenta.

Quien era Director de Musicales de TVE, Paco Cervantes, ideó la elección interna de aquella muchacha de 20 años que grababa su tercer álbum, Luna nueva, de la mano del productor Gonzalo García Pelayo, fundador de la discográfica Gong y considerado padre del rock andaluz. “Me cogió desprevenida pero dije: ¿Cómo que no? Era una oportunidad muy grande para mi carrera artística”, explica Amaya, apellido por excelencia. “Fui a Eurovisión a cantar, a representar a España y a mi raza, porque soy gitana al cien por cien y estoy muy orgullosa de serlo. ¡Fui con muchísima alegría!”.

¿El cero? “Gracias a Dios, el público que yo tengo me quiere, me ama, muere conmigo, siempre está a mi lado!”.


España: Remedios Amaya – Quién maneja mi barca

La famosa barca la gestaron los hermanos Isidro Muñoz y José Miguel Évora, miembros de la familia de los Sanlúcar, de la que no paran de salir artistas. Évora, pianista y compositor, también ha sido productor de varias figuras, como Azúcar Moreno, Rocío Jurado, Papa Levante, Camarón de la Isla o Las Grecas, entre muchos otros; y fue el director de orquesta de Remedios en Eurovisión.

Amaya, sin embargo, nunca escondió que la canción no era de su agrado porque ella hubiera preferido competir con Noche, luna y olivo, de los mismos compositores, y estrenada en el programa de José María Iñigo con el vestido originalmente previsto para Múnich 1983. “Pero allá donde voy todavía me piden la barca. Y yo la canto”, ríe Remedios, que recientemente hizo una nueva versión.

No se le escapa a nadie que el cero no hundió su carrera, pero entre 1984, donde publicó disco, y 1997 se le hizo el vacío, sin abandonar nunca los escenarios, como matiza la apodada Camarona de Triana, y es que fue inspiración del histórico cantaor gaditano.


Remedios Amaya – Noche, luna y olivo

En aquella edición en la capital de Baviera, donde tomaron parte 20 países con el retorno de Francia e Italia, ausentes en Harrogate 1982, pero con la ausencia de Irlanda, por una huelga de su televisión pública, la BR (Bayerische Rundfunk), sección bávara de la cadena federal ARD, eligió como sede el casi impronunciable Rudi Sedlmayer Hall, construido para albergar partidos de baloncesto en los Juegos Olímpicos de 1972 y actualmente sede del Bayern Munich Basket bajo su nuevo nombre, más simple: Audi Dome. 

El escenario estaba formado por una estructura metálica en forma de cubículos y luces en tonos amarillentos que se encendían según el ritmo de la música haciéndolo aun más feo si cabe a los ojos de quien escribe estas líneas. Dudosa carta de presentación visual europea ante Australia en su primera retransmisión de un festival en el que ahora pugnan por la victoria.

Francia abrió la velada con un veterano, el provenzal Guy Bonnet, cuarto en 1970 y octavo aquí con la tenebrosa Vivre, sentado al piano con sus inseparables gafas. Le siguió un contumaz noruego, Jahn Teigen, con la no menos vista Anita Skorgan a los coros, en la que era la tercera participación de el y la cuarta de ella, saldándose con una aceptable novena posición, la mejor de ambos en el concurso, gracias a un Do Re Mi que parecía sacado de Sonrisas y lágrimas. La favorita Reino Unido se presentó con Sweet Dreams y Never givin' up deleitando con su sonido puramente eurovisivo, una coreo que incluía taburetes y una llamativa ropa de sport que era demasiado moderna para el vetusto jurado que dejó sextos a los ingleses.


Reino Unido: Sweet Dreams – Never givin' up

Y, a continuación, llegó una joven de 16 años que se convertiría en la reina del schlager, Carola Häggkvist. 116 puntos auparon a Framling al bronce del medallero. Carola venía precedida de un enorme éxito en el Melodifestivalen, la final nacional sueca, donde consiguió la máxima puntuación de todos los jurados, de hecho, cuando la presentadora dio paso a los jueces de Estocolmo, exclamó: “¡Esto no está siendo nada emocionante!”.

Italia regresaba con el reconocido y gesticulante Riccardo Fogli, ganador de Sanremo, con la balada pacifista Per Lucia que se conformó con un discreto undécimo puesto. Turquía y España compartieron su casillero en blanco, merced a la canción Opera del fenecido Çetin, y también un aluvión de críticas y chascarrillos, y es que además ambas actuaron de forma consecutiva en el guión de la gala germana.

Ante el inesperado favoritismo español en las jornadas previas, un alto cargo del ente público declaró en privado su preocupación por el triunfo de Remedios Amaya, ya que eso supondría para TVE la organización del festival el año próximo. Después respiró aliviado en medio de una tormenta mediática por el rosco que presenciaron 700 millones de personas.


Suecia: Carola – Främling

Suiza salió con la bailarina y cantante Mariella Farré, que quiso retornar en 2013, con la canción melódica Io così non ci sto (#15), mientras que por Finlandia conocimos a otra Aspelund, Ami, con la original Fantasiaa (#12), todo un clásico eurovisivo al igual que Lapponia de su hermana Monica en 1977. A mitad de camino irrumpió la griega Christi Stasinopoulou con la anodina Mou les (#14º).


Finlandia: Ami Aspelund – Fantasiaa

Países Bajos también partía entre las favoritas pero Bernadette y la pegadiza Sing me a song no pasaron de la séptima posición. A modo de curiosidad, la triple reprepresentante Sandra Reemer, desgraciadamente fallecida esta semana, abanderó por última vez a su país en los coros de esta actuación. Yugoslavia dio la campanada con el esbelto Danijel y Džuli alcanzando el cuarto puesto, la segunda mejor marca yugoslava en las 27 ediciones que participó en la competición, y la primera vez que un montenegrino se ponía al frente de la extinta república federal.


Yugoslavia: Daniel – Džuli

Ell dúo de hippies treintañeros chipriotas Stavros y Constantina se estrellaron con la edulcorada I agapi akoma zi en el 16. La anfitriona Alemania cumplió en el 5 con el Rücksicht de Hoffmann & Hoffmann. Tristemente, uno de los dos hermanos se suicidaría pocos años mas tarde lanzándose desde una ventana de un hotel de Río de Janeiro.


Alemania: Hoffmann & Hoffmann – Rücksicht

Entre los mitos eurovisivos ochenteros apareció la danesa Gry Johansen con Kloden drejer, con un look inolvidable a lo Vilma Picapiedra, que sin embargo no pasó del número 17, uno por delante de las
belgas Pas de deux y su psicodélico Rendez-vous demasiado adelantado a su época.


Dinamarca: Gry Johansen – Kloden drejer

Israel logró una proeza muy poco habitual, ser subcampeona dos años seguidos, gracias a la gran Ofra Haza, de renombre mundial y fallecida en el año 2000. La tradicional Hi, compuesta por el representante precedente, Avi Toledano, es todo un clásico no solo del festival sino del pop hebreo, escenificado como no podía ser de otra forma con una alegre, colorida y vistosa coreografía de formación marcial.


Israel: Ofra Haza – Hi

El portugués Armando Gama cantó Esta balada que te dou (#13) y los austríacos Westend, con el triple abanderado alpino Gary Lux entre sus filas, interpretaron Hurricane (#9)Y de colofón, la ganadora, Luxemburgo, con la bella gala vestida de rosa chillón, Corinne Hèrmes, y su balada revestida de buenos arreglos, Si la vie est cadeau, para algunos demasiado cursi, pero suficiente para rascar los seis puntos de ventaja que la hicieron vencedora, y estampar la quinta y última victoria para el Gran Ducado que sigue sin querer saber nada de Eurovisión.

Luxemburgo empataba así con Francia, gracias a una francesa, en el medallero eurovisivo con cinco triunfos conseguidos por Nous les amoreux de Jean Claude Pascal (1961), Poupée de cire, poupée de son de France Gall (1965), Après toi de Vicky Leandros (1972) y Tu te reconnaitras de Anne-Marie David (1973).

La prensa española, entre tanto, dictaba sentencia: “No hay que acudir con moral de victoria a batallas intrascendentes, pero una vez que se acepta bajar a la arena hay que disponer de los medios suficientes como para que el ridículo no sea el resultado final. Ni lo merecía Remedios Amaya ni lo merece la música española”. 34 años después el análisis podría calcarse sin rubor.


Remedios Amaya – Quién maneja mi barca

Y es que España se adentraba entonces en una depresión eurovisiva en una época en la que se depenalizaba el aborto entre protestas de la derecha y de la Iglesia, y expiraba la UCD que había gobernado durante dos legislaturas con la dimisión de Landelino Lavilla, cargado de deudas y roto por las deserciones de sus dirigentes. Estallaba de paso el caso Rumasa ante la negativa de Ruiz-Mateos a realizar una auditoría por parte del Banco de España y sus diferencias con Miguel Boyer. El 11 de abril, Severiano Ballesteros vencía en Augusta tres años después de que lo consiguiera por primera vez, y el 29 de junio doscientos médicos españoles logran la fecundación in vitro y la implantación de óvulos en el útero.

El 1 de septiembre fue derribado un Jumbo coreano por parte de la URSS mientras sobrevolaba la isla soviética de Sajalin, y ocho días después era retirada la estatua ecuestre de Franco situada desde 1964 en la Plaza del País Valenciano de la capital de Turia. En Argentina, Raul Alfonsín, candidato de la Unión Cívica Radical, triunfaba en las primeras elecciones presidenciales celebradas desde la
instauración de un régimen militar en 1976. Segundo Marey, residente en Hendaia, era secuestrado por los autodenominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y puesto en libertad semanas más tarde. Trágico fue el incendio en la discoteca madrileña de Alcalá 20 donde perecían 79 asistentes, perfectamente recreado en uno de los capítulos de Cuéntame.


Cuéntame: Alcalá 20
 

Michael Jackson se convirtió en el Rey del Pop, entre otros motivos, por el single Thriller, el álbum homónimo y el estreno de un videoclip que paralizó al mundo entero. Ese mismo año Irene Cara ponía sudor al Fame y Michael Sembello era la voz del Maniac de Flashdance. The Police aún en grupo deleitaba con su Every breath you take, La Dolve Vita era la de Ryan Paris y la True pertenecía a Spandau Ballet. Culture Club tenía el Karma chameleon y Staying alive con Bee Gees. Gary Low te decía que You are a danger y Rita Lee te pedía Baila conmigo 


Michael Jackson – Thriller

La fuerza del cariño ganaba el Oscar a la Mejor Película, Superman llegaba a su tercera edición con Christopher Reeve y se estrenaba el final de una de las sagas más celebradas de la historia, El retorno del Jedi, y en la política internacional el ex-actor y presidente estadounidense Ronald Reagan iniciaba la llamada Guerra de las Galaxias con la Unión Soviética, anunciando la construcción de un sistema de defensa en el espacio. Pero en el cine era el año de Garci, que conseguía un inesperado Oscar a Mejor Película Extranjera gracias a su film Volver a empezar.


Oscar 1983: Mejor Película de Habla no Inglesa – Volver a empezar

1983 fue también el año de las primeras elecciones autonómicas y municipales, en las que se eligió como alcalde de Madrid a Enrique Tierno Galván, pero la vida diaria de los ciudadanos pegó un cambio con odecisión del Gobierno socialista de la época: el 30 de julio entraba en vigor la nueva ley laboral que establecía una jornada laboral máxima de 40 horas semanales y 30 días de vacaciones anuales. Inolvidables, por devastadoras, las inundaciones del 26 de agosto en tierras vascas, especialmente en Bilbao, causando 34 muertos en todo el norte del Estado y arrasando todo el Casco Viejo de la capital vizcaina, con estampas imborrables por lo dolorosas.

También fue un final de año trágico para Barajas: con solo diez días de intervalo se estrellaron en el aeropuerto madrileño dos aviones. El primero de ellos, el 27 de noviembre, un avión Boeing 747 de la aerolínea Avianca, París-Bogotá, en el que murieron 181 personas de sus 192 ocupantes. El 7 de diciembre otro vuelo, esta vez de Iberia, se estrellaba debido a la niebla, y en él morían 93 personas. La lista más dolorosa de muertes la seguía dejando la banda ETA, con 44 asesinados. Los estertores de la dictadura iban quedando para la historia, y en junio se abolía el uso del garrote vil, un instrumento de tortura que databa de la Inquisición, y utilizado durante el franquismo para algunas ejecuciones como las de Salvador Puig Antic.


El día que Euskadi se inundó

La caja tonta nos tenía enganchados a los Anillos de oro, Fama, Érase una vez… El espacio, Flamingo Road, Galáctica, La hora de Agatha Christie, MASH y Retorno a Brideshead. Tampoco nos perdíamos Tocata, Ni en vivo ni en directo, Otros pueblos, La tarde o Y sin embargo, te quiero. Al otro lado del Atlántico ya conocían Fraggle Rock, El equipo A, Webster, Hotel o V, que luego serían un éxito en estas tierras. Pero si hubo alguien que causó sensación fueron Las Vulpes en el programa Caja de ritmos de Carlos Tena, emitido en pleno horario infantil y el mismo día que Eurovisión 1983, con la presentación de su primer y único single Me gusta ser una zorra.


Las Vulpes: Me gusta ser una zorra

Si en fútbol dominaba el Athletic, gracias a su victoria en Las Palmas y la derrota del Real Madrid en Valencia en la última jornada de Liga, nadie olvida un encuentro de la selección española, el España-Malta de ese 21 de diciembre, que acabó con el necesario y extraño 12-1 que nos clasificó para la Eurocopa de 1984 con aquel último grito de José Ángel de la Casa: gooooooooool de Señoooooooooor. Ese año también se llevaba la Vuelta el legendario Bernard Hinault frente al vizcaino Marino Lejarreta, que a punto estuvo de arrebatarle la victoria al galo.


La gabarra del Athletic campeón

Sonaba el Y ¿cómo es él? de Perales, El barón del bidé de La Trinca y Tiempo de amor de Danza Invisible, Juan Pardo era el mejor Caballo de batalla, Dyango estaba Por volverte a ver, para Camilo Sexto Mi mundo tú, Chiquetete avisaba que Volveré y Serrat era consciente de que Cada loco con su tema y los eurovisivos Richi e Poveri llamaban insistentemente a Mamma María.

Vinieron al mundo, entre otros, los desaparecidos Amy Winehouse y Dani Jarque, Emily Blunt, Gómez Noya, Miranda Kerr, Dani Alves, Miguel Ángel Muñoz, Carla Nieto, Edward Snowden, Cheryl Cole, Mika, Felicity Jones y, como no, y cómo no, los eurovisivos Sergey Lazarev y Loreen; y perdimos a Louis de Funes, Karen Carpenter, Tennessee Williams, Estrellita Castro, Luis Buñuel, David Niven o Joan Miró. Musicalmente nacieron Bon Jovi, Megadeth o Red Hot Chili Peppers.


Richi e Poveri – Mamma Maria

Y de festival en festival, Remedios a Eurovisión y Gonzalo a La OTI, cuando probablemente le hubiera ido a ella mejor en Washington y a él en Munich. Todo un ídolo de adolescentes, su canción Quién piensa en ti partía como favorita pero volvió a casa con el rabo entre las piernas, pero eso sí, con un número 1 de Los 40 Principales. Desde luego, en quien nadie pensaba, sobre todo quienes tienen que pensar, era en el rumbo de una barca todavía hoy a la deriva.


OTI 1983: Gonzalo – Quién piensa en ti

Conversación

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12/06/2017

Pues sí, Remedios Amaya era favorita porque la canción era algo muy diferente a todo lo demás. De lo mejor que jamás ha enviado España. Hay que recordar que en esa época sólo había jurado, de lo contrario, con el televoto, otro gallo hubiese cantado. La ganadora sí que me parece de las más prescindibles de la historia, habiendo mejores temas como Israel, Yugoslavia o Suecia, por ejemplo.

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11/06/2017

Si me dan a elegir entre Noche, Luna y Olivo y Ay quién maneja mi barca, me quedo con esta última. En España ya se llevaba haciendo años el denominado gipsy rock, con La propia Remedios Amaya de los principios y Las Grecas entre otro. Fue una canción adelantada a su tiempo, innovadora y no entendida en su momento. Creo además que la orquesta no le favoreció en nada. Esta canción sigue siendo para mí un temazo, y sigue sonando actual para mis oídos.

2
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11/06/2017

Quien maneja mi barca fue un espanto fuera de lugar. No gustó a ningún jurado y desde luego, NO era de las favoritas ni de lejos.

5
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11/06/2017

Nunca había leído que Remedios fuera favorita. Es más, siempre se ha dicho que la gran favorita de aquella edición fue Israel con Ofra Haza. De hecho si no llega a tener el boicot de Turquía y Chipre, Israel habría sido la ganadora. Considero que el festival del 83 fue el último gran festival de los 80. La crisis lleguó un año después!

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11/06/2017

Quién maneja mi barca es una canción difícil a la primera escucha, a muchos no les gustará, pero siento yo que es una canción de culto. Tiene un toque de modernidad pero que no fue aceptado, además de que no era un género al que el oído europeo estuviera acostumbrado. Pero lo mejor de todo es que Manel le arrebató el puesto si ponemos la balanza entre que ahora son más puntos en las votaciones y más países en el festival.

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10/06/2017

La mejor de esa noche es sin duda la contemporánea 'Rendez vous' de las belgas Pas De Deux.

7
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10/06/2017

O sea, que los miedos escénicos de TVE a organizar el festival vienen de muy atrás... Claro, así cada año se les ve tan ilusionados y entregados en la elección de un representante digno con una puesta en escéna igual de digna. Enfermedad crónica es lo que padece TVE, y la única forma de curarla es eliminando a los virus que la causan.